martes, 25 de febrero de 2014

EL MATRIMONIO EN LA BIBLIA


Deberes conyugales

1 Pedro 3:1-12 Así mismo, esposas, sométanse a sus esposos, de modo que si algunos de ellos no creen en la palabra, puedan ser ganados más por el comportamiento de ustedes que por sus palabras, al observar su conducta íntegra y respetuosa. Que la belleza de ustedes no sea la externa, que consiste en adornos tales como peinados ostentosos, joyas de oro y vestidos lujosos. Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Ésta sí que tiene mucho valor delante de Dios. Así se adornaban en tiempos antiguos las santas mujeres que esperaban en Dios, cada una sumisa a su esposo. Tal es el caso de Sara, que obedecía a Abraham y lo llamaba su señor. Ustedes son hijas de ella si hacen el bien y viven sin ningún temor. De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará sus oraciones..

En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes. No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición. En efecto, «el que quiera amar la vida y gozar de días felices, que refrene su lengua de hablar el mal y sus labios de proferir engaños; que se aparte del mal y haga el bien; que  busque la paz y la siga. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal.»

El Matrimonio Prospera 

El apóstol Pedro, un hombre casado, exhortó bajo inspiración a los esposos cristianos a que asignaran a sus esposas “honra como a un vaso más débil” (1 Pedro 3:7; Mateo 8:14). Por lo tanto, la honra y el respeto a la dignidad personal del cónyuge son requisitos bíblicos para el matrimonio. ¿De qué maneras se pueden manifestar?
Tal como el agua vitaliza una planta en crecimiento, el habla gentil y los gestos amables entre los cónyuges, tanto en público como en privado, pueden fortalecer su relación. En cambio, los ataques verbales ásperos e insultantes, así como los comentarios denigrantes, frívolos y sarcásticos que son tan comunes en las comedias de televisión, resultan destructivos. Pueden provocar sentimientos dañinos, como la falta de amor propio, la depresión y el resentimiento; hasta pueden causar heridas emocionales difíciles de curar.
Respetar la dignidad personal ajena también significa aceptar a cada uno como es, y no tratar de adaptarlo a un ideal preconcebido ni compararlo injustamente con otras personas. Esto es de especial importancia entre marido y mujer. En un ambiente en el que resulta fácil y agradable comunicarse y expresarse, sin temor a oír críticas ni reprimendas, la intimidad florece. Cuando una persona puede ser ella misma en el matrimonio, entonces el hogar verdaderamente constituye un refugio del rudo y cruel mundo exterior.

En estos tiempos turbulentos, los esposos en especial tienen que imitar la paciencia y el amor de Jesús, así como su firmeza al defender los principios bíblicos (2 Timoteo 3:1-5). Así es, los esposos deben enfrentarse a los problemas que plantea el matrimonio del mismo modo como se enfrentó Jesús a las dificultades: con conocimiento. Las pruebas que él padeció fueron mayores que las de cualquier otro ser humano, pero siempre tuvo en cuenta que los responsables eran Satanás, sus demonios y este mundo malvado (Juan 14:30; Efesios 6:12). Por tanto, los problemas nunca tomaron por sorpresa a Jesús. De igual forma, tampoco debería sorprender a los cónyuges la “tribulación en la carne” que, como advierte la Biblia, les espera a quienes se casan (1 Corintios 7:28).
Y por último las palabras finales del versículo 7 de 1 Pedro Capitulo 3.- Se desprende la seriedad de su exhortación: si el esposo no honra a su esposa, se perjudicará su relación con Jehová y se obstaculizarán sus oraciones.

Consejos matrimoniales


En 1 Corintios 7 Pablo dice: paso ahora a los asuntos que me plantearon por escrito: «Es mejor no tener relaciones sexuales.»[a] Pero en vista de tanta inmoralidad, cada hombre debe tener su propia esposa, y cada mujer su propio esposo. El hombre debe cumplir su deber conyugal con su esposa, e igualmente la mujer con su esposo. La mujer ya no tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposo. Tampoco el hombre tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposa. No se nieguen el uno al otro, a no ser de común acuerdo, y sólo por un tiempo, para dedicarse a la oración. No tarden en volver a unirse nuevamente; de lo contrario, pueden caer en *tentación de Satanás, por falta de dominio propio. Ahora bien, esto lo digo como una concesión y no como una orden. En realidad, preferiría que todos fueran como yo. No obstante, cada uno tiene de Dios su propio don: éste posee uno; aquél, otro.

A los solteros y a las viudas les digo que sería mejor que se quedaran como yo. Pero si no pueden dominarse, que se casen, porque es preferible casarse que quemarse de pasión.

10 A los casados les doy la siguiente orden (no yo sino el Señor): que la mujer no se separe de su esposo. 11 Sin embargo, si se separa, que no se vuelva a casar; de lo contrario, que se reconcilie con su esposo. Así mismo, que el hombre no se divorcie de su esposa.

12 A los demás les digo yo (no es mandamiento del Señor): Si algún hermano tiene una esposa que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, que no se divorcie de ella. 13 Y si una mujer tiene un esposo que no es creyente, y él consiente en vivir con ella, que no se divorcie de él. 14 Porque el esposo no creyente ha sido *santificado por la unión con su esposa, y la esposa no creyente ha sido santificada por la unión con su esposo creyente. Si así no fuera, sus hijos serían impuros, mientras que, de hecho, son santos.

15 Sin embargo, si el cónyuge no creyente decide separarse, no se lo impidan. En tales circunstancias, el cónyuge creyente queda sin obligación; Dios nos ha llamado a vivir en paz. 16 ¿Cómo sabes tú, mujer, si acaso salvarás a tu esposo? ¿O cómo sabes tú, hombre, si acaso salvarás a tu esposa?

17 En cualquier caso, cada uno debe vivir conforme a la condición que el Señor le asignó y a la cual Dios lo ha llamado. Ésta es la norma que establezco en todas las iglesias. 18 ¿Fue llamado alguno estando ya *circuncidado? Que no disimule su condición. ¿Fue llamado alguno sin estar circuncidado? Que no se circuncide. 19 Para nada cuenta estar o no estar circuncidado; lo que importa es cumplir los mandatos de Dios. 20 Que cada uno permanezca en la condición en que estaba cuando Dios lo llamó. 21 ¿Eras *esclavo cuando fuiste llamado? No te preocupes, aunque si tienes la oportunidad de conseguir tu libertad, aprovéchala. 22 Porque el que era esclavo cuando el Señor lo llamó es un liberto del Señor; del mismo modo, el que era libre cuando fue llamado es un esclavo de Cristo. 23 Ustedes fueron comprados por un precio; no se vuelvan esclavos de nadie. 24 Hermanos, cada uno permanezca ante Dios en la condición en que estaba cuando Dios lo llamó.

25 En cuanto a las personas solteras,[b] no tengo ningún mandato del Señor, pero doy mi opinión como quien por la misericordia del Señor es digno de confianza. 26 Pienso que, a causa de la crisis actual, es bueno que cada persona se quede como está. 27 ¿Estás casado? No procures divorciarte. ¿Estás soltero? No busques esposa. 28 Pero si te casas, no pecas; y si una joven[c] se casa, tampoco comete pecado. Sin embargo, los que se casan tendrán que pasar por muchos aprietos,[d] y yo quiero evitárselos.

29 Lo que quiero decir, hermanos, es que nos queda poco tiempo. De aquí en adelante los que tienen esposa deben vivir como si no la tuvieran; 30 los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran algo, como si no lo poseyeran; 31 los que disfrutan de las cosas de este mundo, como si no disfrutaran de ellas; porque este mundo, en su forma actual, está por desaparecer.

32 Yo preferiría que estuvieran libres de preocupaciones. El soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarlo. 33 Pero el casado se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposa; 34 sus intereses están divididos. La mujer no casada, lo mismo que la joven soltera,[e] se preocupa[f] de las cosas del Señor; se afana por consagrarse al Señor tanto en cuerpo como en espíritu. Pero la casada se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposo. 35 Les digo esto por su propio bien, no para ponerles restricciones sino para que vivan con decoro y plenamente dedicados al Señor.

36 Si alguno piensa que no está tratando a su prometida[g] como es debido, y ella ha llegado ya a su madurez, por lo cual él se siente obligado a casarse, que lo haga. Con eso no peca; que se casen. 37 Pero el que se mantiene firme en su propósito, y no está dominado por sus impulsos sino que domina su propia voluntad, y ha resuelto no casarse con su prometida, también hace bien. 38 De modo que el que se casa con su prometida hace bien, pero el que no se casa hace mejor.

39 La mujer está ligada a su esposo mientras él vive; pero si el esposo muere, ella queda libre para casarse con quien quiera, con tal de que sea en el Señor. 40 En mi opinión, ella será más feliz si no se casa, y creo que yo también tengo el Espíritu de Dios.



SOBRE EL ESTADO CIVIL DE PABLO



Un tema discutido en la investigación del «Pablo histórico» es su estado civil, del cual no existe constancia clara. Los textos de 1Corintios 7:8 y 1Corintios 9:5 sugieren que, cuando escribió esa carta en la primera mitad de la década del año 50, no estaba casado, pero eso no aclara si nunca se había casado, si se había divorciado o si había enviudado.[76]

En general, los investigadores suelen optar por dos posiciones mayoritarias:

  1. que habría permanecido célibe toda su vida sin que quede clara la razón precisa, que no sería necesariamente de índole religiosa;[77]
  2. que habría estado casado,[78] y luego habría enviudado. Esta posición fue planteada por Joachim Jeremias,[79] y encontró entre otros seguidores a J.M. Ford, E. Arens y, en nuestros días, a S. Légasse.[80] Esta postura supone que Pablo estaba casado porque era preceptivo en el caso de los rabinos.[81] Por lo tanto, cuando Pablo escribió en 1 Corintios 7:8: «Digo a los solteros y a los viudos, 'bueno es que se queden como yo estoy'», se clasificaría entre los viudos (chérais), no entre los solteros (agamois); Pablo no se habría casado de nuevo (cf. 1 Corintios 9:5). E. Fascher, que defendió el celibato perpetuo de Pablo, mostró objeciones a esta teoría.[82]

Romano Penna y Rinaldo Fabris señalan otra posición posible: que Pablo y su presunta mujer se hubiesen separado. Ese supuesto podría vincularse con el llamado privilegio paulino establecido por el Apóstol, que consiste en el derecho que tiene a romper el vínculo matrimonial la parte cristiana cuando la otra parte es infiel y no se aviene a vivir con ella pacíficamente.[83] [84]


(Textos tomados de Wikipedia)

 

Jesús fue abusado - Prédica del Pastor Andrés Corson sobre el abuso y la forma de educar a los hijos sin incurrir en el abuso.


lunes, 10 de febrero de 2014

TOMAMOS EL CAFECITO?

¡Buenos días!

El Cafecito de hoy.



Hace unas noches estuvimos con unos amigos viendo una película en casa. Era una película donde actuaba Hugh Jackman el interprete de Guepardo (lobezno). En la trama secuestraban a su hija y la de un vecino, al parecer había sido un joven con problemas mentales y cuyo coeficiente era de un niño de diez años. 



Este fue detenido pero no pudieron probar nada; y por su estado mental lo soltaron. Así que Hugh tomo la justicia por su propia mano, lo secuestro para torturarlo y que este le dijera donde había metido a las niñas. 



Luego de varios días de tortura estaba cansado, angustiado y afligido. Así que se puso a orar el padre nuestro, mientras clamaba a Dios por su hija. Así que cuando llego a la parte que dice: Perdónanos, como también nosotros perdonamos a los que…” y no pudo terminar la frase, porque sabia que no estaba cumpliendo con esa parte. 



Y esto nos pasa a muchos. Pedimos perdón pero no somos capaces de perdonar. Queremos que se nos trate con la misericordia que nosotros no usamos cuando nos toca hacerlo. El rencor es como un cáncer que arropa lentamente el corazón. Somos prontos para pedir auxilio pero lentos en brindárselo a quien lo necesita. 



La Biblia dice que dando es como se recibe. Así que si queremos recibir perdón ¿Que crees que debemos dar? Hay familias, amigos, parejas que necesitan en este día ese bálsamo llamado perdón. Este curara todas esas heridas que se han acumulado. 



Familias que durante tanto tiempo han vivido bajo las cadenas del rencor y la falta de perdón. Hoy es el día de sanar. Toma el teléfono, envía un email, por Facebook, twitter, o por donde sea… pero hazlo. Hoy es el día de pedir perdón y perdonar.



¡Que tengas un día bendecido!

viernes, 7 de febrero de 2014

¿POR QUE LOS EVANGELICOS NO VENERAN LAS IMAGENES?



Para quienes viven al margen del catolicismo romano, el problema de las imágenes no parece tener la importancia que realmente tiene. En Italia, el centro del catolicismo, la actitud hacia las imágenes aún es el criterio que usan muchos católicos para distinguir entre católicos y evangélicos. Ellos dicen: "¡Ah! ¡Usted es evangélico! Ustedes son los que no creen en los santos, ¿no es cierto?"
El dogma católico dice: "Está permitido y es beneficioso venerar las imágenes de los santos". Estas imágenes, y los santos que representan, son sumamente importantes en la vida religiosa de la gente de Italia y de otros países católicos romanos. Esto no sólo sucede en la iglesia, sino también en la religión popular que es menos oficial. Multitud de personas que casi nunca van a una iglesia se consideran fieles católicos simplemente porque son devotos a una o más imágenes católicas.
Quizá el hecho más importante que distingue a los protestantes que creen en la Biblia, de sus vecinos católicos, es que aquellos insisten en que cada individuo necesita conocer a Dios personalmente. De hecho, la razón por la que Cristo vino a la tierra, murió por nuestros pecados y resucitó, fue para quitar los pecados que nos separan de Dios, de manera que podamos conocerlo en forma personal. La Biblia enseña que cada individuo debe tener una relación continua y directa con Dios; no una relación de larga distancia por medio de una imagen o del santo que ella representa. Uno de los temas principales de la Biblia, comenzando desde Génesis hasta el último libro, Apocalipsis, es que Dios aborrece las imágenes. La razón es que ellas alejan a la persona del contacto directo con El, porque proveen alguien más a quien orar y en quien confiar.
El Misterio del Mandamiento Perdido

La mayoría de los católicos se sorprenden al saber que uno de los Diez Mandamientos prohibe el uso de las imágenes. Cito el segundo mandamiento, no de una Biblia publicada por evangélicos, sino de la Biblia católica romana: No te hagas estatua ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, abajo, en la tierra, y en las aguas debajo de la tierra. No te postres ante esos dioses, ni les des culto, porque Yo, Yavé, tu Dios, soy un Dios celoso. Yo castigo a hijos, nietos y biznietos por la maldad de los padres cuando se rebelan contra mí. Pero me muestro favorable hasta mil generaciones con aquellos que me aman y observan mis mandamientos (Exodo 20:4-6).
Aunque la Iglesia Católica enseña los Diez Mandamientos en sus catecismos, consistentemente elimina el mandamiento citado arriba. Sin embargo, se encuentra siempre en cualquier Biblia, ya sea publicada por una casa editora evangélica o católica. Si usted tiene una Biblia, ¿por qué no lo busca ahora?
Si tiene un catecismo católico romano, ¿por qué no lo abre también? No notará de inmediato que el mandamiento contra las imágenes y postrarse ante ellas ha sido eliminado, porque allí todavía habrán diez mandamientos. Pero si lee los primeros tres mandamientos tanto en la Biblia como en el catecismo, verá que el segundo mandamiento, el más largo de todos, fue eliminado de la versión que se encuentra en el catecismo. La omisión se ha ocultado dividiendo el décimo mandamiento en dos. Es así como se lee el décimo mandamiento en la Biblia católica: No codicies la casa de tu prójimo. No codicies su mujer, ni sus servidores, su buey o su burro. No codicies nada de lo que le pertenece (Exodo 20:17). En el catecismo, la parte que habla de no codiciar la mujer de tu prójimo se convierte en el noveno mandamiento, y el resto que habla de los servidores, etc., se une para formar el décimo. Estos mandamientos se repiten en Deuteronomio 5. En este segundo pasaje no es tan notorio que el último mandamiento se ha dividido en dos para camuflar el robo del segundo. Quizá sea esta la razón por la que la Iglesia Católica usa generalmente la reseña de los Diez Mandamientos en Deuteronomio, en lugar de la presentación original de los mandamientos en Exodo.
El hecho de que el segundo mandamiento sea eliminado por completo y que se oculte la omisión muestra que la Iglesia Católica no lo interpreta en forma diferente a como lo interpretan otros. Si no comprendieran que condena sus imágenes, ¿por qué quitarían este mandamiento del catecismo y de otras enseñanzas católicas populares?
Fotografías

Algunos, tratando de justificar la oración a las imágenes, dicen que si tuviéramos que cumplir literalmente el segundo mandamiento, ni siquiera podríamos tener fotografías de nuestros amigos y seres queridos. La Biblia aclara este punto en un pasaje que especifica cuáles imágenes condena. Las imágenes prohibidas son las que el pueblo venera o adora: No se hagan ídolos, ni levanten estatuas o monumentos, ni coloquen en su tierra piedras grabadas para postrarse ante ellas, porque yo soy Yavé, el Dios de ustedes (Levítico 26:1). Note que aquí, como en Exodo, habla de un propósito para usar la imagen, para adoración, o como se traduce con frecuencia la misma palabra hebrea, postrarse. Este propósito excluiría fotografías comunes de sus amigos y de su familia. Una excepción obvia es la práctica de la oración a las fotografías de los familiares muertos.
Imágenes Paganas

Otros tratan de evitar la enseñanza clara de Dios afirmando en forma autoritaria que El se refiere sólo a imágenes paganas, no a sus imágenes "cristianas". Sin embargo, notamos que:
  • Moisés, al dirigirse a los hebreos, el pueblo escogido de Dios y no a los paganos, les dijo que el Señor no se reveló a ellos cuando les dio los Diez Mandamientos, por una precisa razón: Para que el pueblo de Dios no hiciera imágenes de Dios mismo -Ustedes no vieron figura alguna el día en que Yavé les habló en el monte Horeb en medio del fuego. Por tanto no vayan a corromperse: no se hagan un ídolo, o sea, un dios esculpido con forma de hombre o de mujer (Deuteronomio 4:15-16; lea también los versículos 17-19). Lo que se prohibió aquí no fue una imagen pagana, sino cualquier imagen que el pueblo escogido de Dios pudiera haber hecho de Dios, de hombres o de mujeres.
  • Dios elogió a un rey de los judíos porque destruyó una serpiente de bronce que había sido hecha por orden expresa de Dios, y a la cual Su pueblo había comenzado a adorar después de cierto tiempo. La Biblia dice de este rey: Hizo lo que es recto a los ojos de Yavé, imitando a David, su antepasado. Suprimió los santuarios de las lomas, quebró los cipos y cortó los troncos sagrados. También destruyó la serpiente de bronce que Moisés había fabricado en el desierto, pues hasta ese tiempo los israelitas le ofrecían sacrificios y la llamaban Nejustán (2 Reyes 18:3-4).

En el Nuevo Testamento se Prohiben las Imágenes

Otros, tratando de eludir la clara enseñanza de la Palabra de Dios, dicen que las imágenes se prohibieron en el Antiguo Testamento, pero que ahora están permitidas porque no estamos en tiempos del Antiguo Testamento, sino en el Nuevo. El punto débil y fatal de este argumento es que ¡simplemente no es verdad! El Nuevo Testamento habla mucho de las imágenes, y siempre contra ellas, tal como lo hace el Antiguo Testamento.
Uno de los primeros pasajes que se escribieron en el Nuevo Testamento es 1 Corintios 10:14: Por eso, hermanos muy queridos, huyan del culto a los ídolos. Este tema continúa a través del Nuevo Testamento. Lo encontramos inclusive en 1 Juan 5:21, uno de los últimos libros que se escribieron en el Nuevo Testamento. Allí leemos: Hijitos, guárdense de los ídolos.
Entre estos versículos que he citado hay otros; son muchos para mencionarlos aquí, pero le animo a leerlos. Verá que las imágenes se prohiben prácticamente a través de todo el Nuevo Testamento: 1 Corintios 6:9; 10:7; 12:2; Hechos 7:39-42; 17:16, 29; Romanos 1:23; 1 Pedro 4:3; Apocalipsis 2:14; 9:20; 21:8; 22:15.
Historia de la Idolatría en la Iglesia

Las iglesias de los primeros siglos no usaron imágenes (con la excepción del símbolo del pescado, usado como emblema y no como ídolo). Las imágenes se introdujeron en la iglesia primeramente para uso ornamental, a fines del siglo III. Por el año 400 d.C. las usaron también para la enseñanza, y sólo en los siglos siguientes las imágenes fueron consideradas sagradas. Luego, en los Concilios de Nicea en 787 d.C. y en el de Trento en 1562 d.C., la iglesia romana aceptó que las imágenes fueran veneradas.
De acuerdo a la tradición católica, cuando una persona ora a la imagen de un santo o la adora, está venerando al santo. Esta explicación, sin embargo, aunque parezca convincente, nunca puede justificar la oración a una imagen, porque Dios nos ordena que no lo hagamos. Algunas de las personas más importantes de la Iglesia Católica han comprendido esta enseñanza; se demostró claramente cuando el papa Juan XXIII sacó muchas de las imágenes de las iglesias. El papa Juan XXIII, y otros papas que lo siguieron, también trataron de eliminar otras prácticas idólatras de la iglesia, como el llevar imágenes en procesiones.
¿De Quiénes Son las Imágenes?

En la mayoría de los casos, las imágenes veneradas no son realmente imágenes de los santos, puesto que en el tiempo en que vivieron muchos de ellos no había cámaras fotográficas, y no muchos de ellos posaron para que pintaran sus retratos. La consecuencia obvia es que con frecuencia las imágenes son en realidad de modelos contratados más tarde por los artistas. Muchos artistas crearon obras de arte religiosas y no religiosas, y usaron los mismos modelos para ambas. A veces los modelos del artista eran personas muy religiosas, pero a menudo no lo eran. En otras ocasiones, la imagen mental que se formaba el artista determinaba qué apariencia tendría el santo. Esto es obvio cuando recordamos la tez pálida común en muchas "vírgenes", y luego recordamos las famosas "vírgenes" negras.
Cuando una señora caminaba con su perro y pasó por la puerta del estudio de un artista, comprendió que las imágenes a las que ora la gente generalmente no son de los santos. El artista salió y le preguntó a la señora si le permitiría cortar un poco de pelo de la cola del perro; lo necesitaba para las cejas de un santo que estaba haciendo. Ella con gusto le dio el pelo que deseaba. Después, al seguir caminando, se dio cuenta: "¡Esto significa que estaré inclinándome ante el pelo de la cola de mi perro!" En ese mismo momento ella decidió abandonar su idolatría.
Las Imágenes Son Uno de los Temas Principales de la Biblia

El hecho de que tantos pasajes de la Biblia traten de las imágenes muestra claramente que para Dios, este es un asunto de suma importancia. He mencionado ya muchos de los pasajes en el Nuevo Testamento. Aunque el tema es muy amplio en el Antiguo Testamento para citar todos los pasajes, los siguientes son algunos de los más importantes. Al leerlos comprenderá el punto de vista que Dios tiene de las imágenes. Además, la gran cantidad de citas no puede dejar de impresionarnos en cuanto a la importancia que este tema tiene para Dios: Exodo 23:24; 34:13; Levítico 19:4; 26:30; Números 33:52; Deuteronomio 5:8-9; 9:12-17; 16:21; 27:15; 1 Reyes 14:9, 22-23; Salmos 78:58; 97:7; 106:19-20; 115:4-9; 135:15-18; Isaías 10:10-11; 30:22; 31:6-7; 42:8-17; 44:8-20; 45:20; 46:6-7; Jeremías 10:3-16; Ezequiel 16:17-21; 30:13; Daniel 3:1-18; Oseas 11:2; 13:2-4; Miqueas 1:7; 5:12-13; Habacuc 2:18-20.
¿Debemos Orar a los Santos Mismos?

En este punto, alguien podría sugerir que aunque es incorrecto orar a las imágenes, tal vez sería correcto orar a los santos mismos, sirviendo ellos como mediadores entre nosotros y Dios. Sin embargo, Jesucristo dijo que nadie podía ir al Padre sino por El (Juan 14:6), y 1 Timoteo es aún más específico: Único es Dios, único también es el mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, verdadero hombre. El entregó su vida para rescatar a todos (2:5). Cristo es nuestro mediador, porque es El quien nos lleva a tener relación con Dios. El pagó todo lo que Dios pedía por nuestros pecados, para que nosotros los pecadores pudiéramos orar directamente, "Padre nuestro...".
Otra traducción dice: Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos. ¿Por qué diría Dios que Cristo Jesús es el único mediador si fuera mentira, y realmente hubieran muchos mediadores?
Durante un programa de televisión en el que recibíamos llamadas telefónicas, un sacerdote llamó para discutir conmigo este versículo. Tratando de señalar una excusa en este versículo que permitiera a los católicos orar a los santos, él afirmó: "No es que los santos puedan responder directamente las oraciones, sino que ellos oran a Jesús, quien a su vez ora a Dios el Padre, quien responde la oración". Puesto que conozco la doctrina católica, le pregunté: "¿Son los santos omniscientes y omni-presentes, de tal manera que puedan entender miles de oraciones de todo el mundo, en muchos idiomas diferentes, todos al mismo tiempo?" Por supuesto, él tuvo que responder: "No, sólo Dios es omnisciente y omnipresente; los santos no pueden oír ni responder todas las oraciones". Al darse cuenta de la implicación de lo que había dicho, trató de reparar el daño diciendo: "Dios el Padre escucha las oraciones y ¡¡¡les dice a los santos qué pidieron las personas!!!"
Recuerde, sólo Dios puede estar en todos los lugares a la vez para escuchar las miles de oraciones que llegan de todo el mundo al mismo tiempo. ¿Hay alguna buena razón para que no oremos directamente a El?
Dios nos ama. El desea ser nuestro amigo y nuestro Padre. Dios nos pide que oremos directamente a El, que tengamos comunión con El, que lo honremos y lo adoremos. El se siente abandonado cuando veneramos a alguien más o algo. La Biblia nos dice que El es Dios celoso de nuestro amor, y para que comprendamos esto, nos da la ilustración del esposo que no quiere que su esposa se vaya con otros hombres. ¿Qué le estamos diciendo a Dios cuando le damos la espalda y oramos a un santo? Es una gran ofensa llegar a la conclusión de que El no es tan bondadoso, tan considerado y tan compasivo como los santos.
Examinemos un ejemplo que literalmente cientos de italianos han usado para mostrarme por qué debería orar a los santos. Ellos dicen: "Si usted quisiera un empleo en cierta fábrica, y su tío fuera amigo del dueño, usted no iría a hablar directamente con el dueño de la fábrica. Le pediría a su tío que fuera y hablara por usted". En esta ilustración, el tío representa al santo y el dueño de la fábrica representa a Dios. La ilustración sugiere que el santo, representado por el tío, lo conoce a usted, lo ama y desea ayudarlo; mientras que Dios, representado por el dueño de la fábrica, no lo conoce, no lo ama ni desea ayudarlo. La verdad es que Dios nos conoce y nos ama, y nos pide que vayamos directamente a El en el nombre de Jesucristo, el único mediador.
La Biblia nunca infiere que santo alguno, vivo o muerto, nos ame más que Dios, y ni siquiera una vez menciona la posibilidad de que alguien ore a los santos o por medio de ellos. Sin embargo, de Jesucristo dice: Nuestro sumo sacerdote no se queda indiferente ante nuestras debilidades, por haber sido sometido a las mismas pruebas que nosotros, pero que a él no lo llevaron al pecado. Por lo tanto, acerquémonos con plena confianza al Dios de bondad; él tendrá piedad de nosotros y nos recibirá en el momento oportuno (Hebreos 4:15-16; lea también Efesios 3:12). ¡El nos conoce y cuida de nosotros!
Cristo mismo nos dice a quién debemos orar. Mateo 7:7-11 comienza con estas palabras: Pidan y se les dará... y termina diciendo: Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con mayor razón el Padre celestial, Padre de ustedes, dará cosas buenas a los que se las pidan. Juan 15:16 agrega que debemos pedir al Padre en el nombre de Jesús: Ustedes no me escogieron a mí. Soy yo quien los escogí a ustedes y los he puesto para que vayan y produzcan fruto, y ese fruto permanezca. Y quiero que todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se los dé. Un estudio de las oraciones en la Biblia le mostrará que todas fueron dirigidas a Dios el Padre, y ninguna a los santos que habían muerto.
¿Creen los Evangélicos en los Santos?

Lo que recién afirmé será motivo para que alguien diga: "¡Los evangélicos no creen en los santos!" En realidad, ¡creemos en los santos! Sin embargo, creemos lo que la Biblia dice acerca de ellos, lo cual es muy diferente de la tradición católica. Creemos tanto en ellos que deseamos obedecer los mandamientos que Dios les inspiró a escribir en la Biblia. Entre otras cosas, nos dijeron que debemos orar a Dios y no a los santos o imágenes. Además de tratar de obedecer lo que los santos escribieron en la Biblia, aquellos que realmente fueron santos son un ejemplo para nosotros. La Biblia llama "santos" a todos los que son santificados por medio de la fe en el Señor Jesucristo. La palabra "santos" se usa en el Nuevo Testamento para referirse a los creyentes como grupo, no para distinguir a una persona considerándola más santa que otra porque hizo milagros o porque vivió una vida más pura.
En la Biblia la palabra "santos" se usa para describir a personas que aún vivían. Los escritos de Pablo en la Biblia usan mucho esta palabra. Examinemos cómo la usa: A los santos que están en Efeso (Efesios 1:1). Vea también Efesios 1:18; 5:3; Romanos 1:7; Hechos 9:13, 32. En La Sagrada Biblia, traducida por Félix Torres Amat, también se encuentra la palabra "santos" en Efesios 1:15; 2:19; 3:8, 18; 4:12; 6:18; Hechos 26:10. No podemos dejar de sorprendernos por el hecho de que la palabra "santo" fue usada consistentemente en plural para referirse a grupos de cristianos comunes.
Los creyentes de la iglesia de Corinto eran santos o santificados (1 Corintios 1:2 y 6:11, TA; 14:34). No obstante, aún tenían algunos defectos y pecados sumamente graves, y Pablo no podía hablarles como a cristianos espirituales, sino como a carnales (1 Corintios 1:11; 3:1; 6:5-8; 11:22).
¿Por qué los Evangélicos no Oran a los Santos?

Además de la clara afirmación, único es Dios, único también es el mediador entre Dios y los hombres, hay otras razones por las que no oramos a los santos:
  • Dios no nos da en la Biblia ni un solo ejemplo de alguien que alguna vez orara o venerara a los santos, ni nos da indicación alguna de que El desee que lo hagamos.
  • Las Escrituras dicen: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo servirás (Lucas 4:8).
  • En la Biblia encontramos ejemplos tanto de hombres como de ángeles que no permitieron que la gente se postrara ante ellos, y enseñaron que eso no se debe hacer. Cuando Pedro entró, Cornelio le salió al encuentro y cayó a sus pies con mucho respeto. Pero Pedro lo levantó y le dijo: Levántate, que también yo soy hombre (Hechos 10:25-26; vea también Hechos 14:13-15 y Apocalipsis 22:8-9).
  • El apóstol Pablo, uno de los "santos", explicó a los filipenses que él sólo podría serles de ayuda estando con vida (Filipenses 1:23-26).

Para responder al argumento de que los santos responden a las oraciones con milagros, es necesario recordar que las manifestaciones espirituales (incluyendo los milagros) pueden provenir de dos fuentes diferentes: de Dios, o del diablo y sus demonios. El mandamiento de Dios es que no debemos hacer imágenes. Cuando los milagros parecen haber sido hechos por los santos, y convencen a más personas para que participen en la práctica idólatra de orar a otro que no sea Dios, estos milagros no pueden venir de Dios.
Además, hay muchos santos que fueron depuestos por la Iglesia Católica, porque los estudios históricos mostraron que nunca existieron. Por ejemplo, Santa Filomena supuestamente había sanado en forma milagrosa al papa Pío X. Pero en una época más reciente esta santa fue desacreditada por otro papa y su comisión de investigación al probar que era sólo fábula. A pesar de que la posición oficial actual de la iglesia es que esa persona nunca existió, los que son fieles a su imagen afirman que ésta continúa haciendo milagros.
Usted también puede ser santo si va por medio de la fe a Jesucristo, quien dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí (Juan 14:6). No es una declaración oficial de la iglesia lo que hace santa a una persona, ni se obtiene ese nombre por llevar una vida sin pecado o por hacer milagros. Dios hace santos al transformar a los pecadores: Somos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo hecha una vez sola (Hebreos 10:10, TA; lea también Hechos 26:18).
Confíe en el Señor Jesucristo quien puede quitar sus pecados, y usted también llegará a ser uno de los santos.

TIENES UN PROPOSITO ESPECIFICO



Dios eligió este tiempo para que tú pases por esta vida, y de ti depende dejar una marca en la sociedad, en tu familia, con tus amigos…

“Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación:

todo estaba ya escrito en tu libro;

todos mis días se estaban diseñando,

aunque no existía uno solo de ellos”.

Salmos 139.16 (Nueva Versión Internacional)

Como alguien dijo una vez. “Si paso por esta vida y no dejo huella, ¿para qué paso?”. Dios te diseñó con un propósito específico,  para que dejes una huella en este mundo.

Seguramente no todas las 6 mil millones de personas que viven en la tierra lo notarán, pero puedes dejar una marca en los que tienes alrededor.

“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.” Efesios 2.10 (NVI)

¿Problemas y dificultades? ¿Te cuesta hacer lo que Dios quiere que hagas?

“El diablo le puso a Jesús las mismas trampas que nos pone a nosotros para hacernos pecar, sólo que Jesús nunca pecó. Por eso, él puede entender que nos resulta difícil obedecer a Dios. Así que, cuando tengamos alguna necesidad, acerquémonos con confianza al trono de Dios. Él nos ayudará, porque es bueno y nos ama.” Hebreos 4:15-16 (TLA)

Con Dios nada es imposible para ti. Asegúrate de estar caminando a Su lado, y experimentarás Sus promesas.

No es fácil seguir a Jesús, “en el mundo tendrás aflicción, pero confía: Él venció al mundo y estará contigo hasta el fin”.

jueves, 6 de febrero de 2014


El Señor estuvo a mi lado

 

La vida del apóstol Pablo está marcada por varias apariciones

del Señor, lo cual nos da a entender la relación de

intimidad que unía a este siervo con su Señor. También

nos enseña lo que debe ser la dependencia de todo creyente

comprometido en un servicio para el Señor.

 

El perseguidor

 

Como verdadero descendiente de Benjamín, “lobo arrebatador”

(Génesis 49:27), Saulo de Tarso no se conmovió

cuando asistió al martirio de Esteban. Al contrario, “respirando

aún amenazas y muerte”, persiguió a los discípulos

del Señor. De repente, cerca de Damasco, una luz deslumbrante

lo rodeó y una voz venida del cielo le dijo: “Saulo,

Saulo, ¿por qué me persigues?” (Hechos 9:1-4).

Era, pues, la confirmación del testimonio de Esteban:

Jesús estaba vivo, y además sufría con los humildes cristianos

a quienes Saulo acosaba y perseguía. Esta revelación

divina produjo una conversión extraordinaria y dejó

una huella indeleble en la vida del que en adelante sería

llamado Pablo.

 

La formación

 

Apartado durante tres años, el apóstol Pablo fue formado

en la escuela de Dios (Gálatas 1:17-18), como también lo

habían sido Moisés, David, Elías y muchos otros. Pronto el

principio de su ministerio en Jerusalén le acarrearía la persecución.

De una manera sabia, los hermanos lo enviaron a Cesarea

y después a Tarso, su ciudad natal (Hechos 9:30). En este

texto sólo se narra el aspecto exterior de dicho acontecimiento,

pero más tarde Pablo reveló el motivo que determinó

su partida: “Y me aconteció, vuelto a Jerusalén, que

orando en el templo me sobrevino un éxtasis. Y le vi (al

Señor, el Justo) que me decía: Date prisa, y sal prontamente

de Jerusalén… Ve, porque yo te enviaré lejos a los

gentiles” (Hechos 22:17-21). En esta segunda aparición a

Pablo, el Señor le confirmó la misión que le iba a confiar,

pero antes quería instruirle en el marco de un campo

misionero restringido. Respecto a esto podemos evocar

las palabras del Señor Jesús al endemoniado: “Vete a tu

casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el

Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de

ti” (Marcos 5:19). Pablo permaneció en Tarso varios años

y después se unió a la asamblea de Antioquía.

 

El siervo

 

En Hechos 18 vemos que, una vez llegado a Corinto, el

apóstol Pablo anunció el Evangelio, mientras ejercía su

antiguo oficio, para no ser gravoso a nadie. Desde el principio

de su ministerio se enfrentó a una fuerte oposición

por parte de los judíos. ¿Debía renunciar e ir a otra parte?

La respuesta divina no se hizo esperar; el Señor se le apareció

por tercera vez y le dijo: “No temas, sino habla, y no

calles; porque yo estoy contigo” (Hechos 18:9-10). El tiempo

para aprender en silencio había pasado; había llegado

el momento de hablar sin temor, confiando en la promesa

divina de que no sería abandonado. Su decisión de cumplir

la voluntad de su Maestro, costara lo que costara, llevó a

la formación de la asamblea de Corinto, y nos permite, casi

veinte siglos más tarde, disfrutar aún de las enseñanzas

de dos epístolas muy importantes.

 

El prisionero

 

En Hechos 23 encontramos a Pablo en Jerusalén, encerrado

en la fortaleza después de dos días de dura prueba.

La noche había caído y con ella había vuelto la calma.

Pero muchos pensamientos se arremolinaban en la mente

del apóstol. Entonces el Amigo divino se le acercó por

cuarta vez: “Ten ánimo, Pablo” (v. 11). Estas mismas palabras

habían tranquilizado a los discípulos en el mar agitado

(Marcos 6:50). Sin embargo, el final del mensaje del

Señor estaba lleno de consecuencias: “Pues como has

testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques

también en Roma”. Para los discípulos, el viento se

detuvo cuando Jesús subió a la barca; para Pablo, el “viento”

no cesaría, pero Aquel que estaba a su lado nunca lo

abandonaría.

El viaje de Hechos 27 era más que una travesía en un mar

agitado. En medio de la tempestad, toda esperanza de salvación

parecía desvanecerse. Qué gran consuelo para el

apóstol cuando un ángel se le presentó y le dijo: “Pablo, no

temas; es necesario que comparezcas ante César; y he

aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo”

(v. 24). Entonces Pablo, valiéndose de las palabras de

Jesús a sus discípulos, a su vez pudo consolar a los marineros:

“Tened buen animo” (v. 25).

Finalmente encontramos al prisionero en Roma, desde

donde escribió su última epístola a Timoteo, su hijo en la

fe: “Todos me desampararon… Pero el Señor estuvo a mi

lado, y me dio fuerzas… Así fui librado de la boca del león”

(2 Timoteo 4:16-17). Sí, el viento soplaba sin cesar, pero el

Señor, el Amigo fiel, seguía estando a su lado, aún en los

días malos. ¿Qué dijo a Pablo durante esta sexta aparición?

Es un mensaje sellado, pero podemos medir su

alcance mediante este clamor de triunfo de aquel que iba

a morir: “Y me preservará para su reino celestial. A él sea

gloria por los siglos de los siglos. Amén” (v. 18).

Para este siervo fiel había llegado la hora de dejar esta tierra.

Años atrás, cuando había sido arrebatado al tercer cielo,

ya había gustado algo de la felicidad futura. Ahora, en

esta etapa suprema, por la fe vislumbró la séptima aparición,

la más maravillosa de todas, la venida del Señor por

los suyos: “He acabado la carrera, he guardado la fe. Por

lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual

me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí,

sino también a todos los que aman su venida” (v. 7-8).

Finalmente, la recompensa suprema del siervo serán las

palabras del Señor, al ponerle la corona de justicia: “Bien,

buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te

pondré; entra en el gozo de tu Señor” (Mateo 25:21).
5 CONSEJOS
Quiero compartir 5 consejitos prácticos para una vida más plena en el servicio a Dios:

• Asegúrate que el propósito de tu servicio a Dios sea expandir el Reino de Dios, busca primero Su Reino. “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Mateo 6:33

• Dios está buscando fidelidad. Sé fiel y responsable con lo que tienes, entonces estarás calificado para más. Su señor le respondió: "¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!" Mateo 25:21

• ¡Anímate! Sé un hacedor y no solo un hablador de lo que oyes. No hables por temor o para probar, habla de acuerdo a la palabra de Dios. Recuerda lo que escribió Santiago: "¡Obedezcan el mensaje de Dios! Si lo escuchan, pero no lo obedecen, se engañan a ustedes mismos y les pasará lo mismo que a quien se mira en un espejo: tan pronto como se va, se olvida de cómo era. Por el contrario, si ustedes ponen toda su atención en la palabra de Dios, y la obedecen siempre, serán felices en todo lo que hagan. Porque la palabra de Dios es perfecta y los libera del pecado.

Si alguien se cree muy santo y no cuida sus palabras, se engaña a sí mismo y de nada le sirve tanta religiosidad. Creer en Dios el Padre es agradarlo y hacer el bien, ayudar a las viudas y a los huérfanos cuando sufren, y no dejarse vencer por la maldad del mundo". Santiago 1:22-27 (TLA)

• Usa lo que tienes en la mano. NO ESPERES a tener todos los recursos necesarios para empezar. Recuerda Éxodo 4:2 cuando Dios le pregunta a Moisés: “¿Qué es lo que tienes en tu mano?” y deja que Dios haga milagros con lo que ya tienes.

• Devuelve la gloria a Dios, no te quedes nada para ti.

"No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros,
Sino a tu nombre da gloria,
Por tu misericordia, por tu verdad". Salmos 115:1
 

domingo, 2 de febrero de 2014

DIOS ES SHADDAI


¿Cuál es tu nombre? Nuestro nombre es una declaración cuando lo pronunciamos. Sucede lo mismo con los nombres de Dios, uno de ellos es SHADDAI, ¿qué significa?
Génesis 17: Dios le prometió a Abraham que le daría un hijo, 24 años después Abraham tiene 99 años y la promesa aún no se ha cumplido. Dios se manifiesta en la vida de Abraham para reiterar su promesa pero en su corazón Abraham duda de que él pueda engendrar y su esposa dar a luz un hijo. Con esto, Dios quería darle ánimo a Abraham antes de que este perdiera su fe.
Dios se manifestó en el momento oportuno para decirle a Abraham: “YO SOY EL SHADDAI, el todopoderoso, el autosuficiente, el impenetrable, quien tiene la capacidad de obrar a favor de sus hijos”
En Marcos 9:21 el padre de un joven le pide a Jesús que sane a su hijo diciéndole: “Ten misericordia de nosotros y ayúdanos si puedes.”. La respuesta de Jesús es contundente: “¿Cómo que “si puedo”? Todo es posible si uno cree”.
Números 11: Israel se encuentra en el desierto comiendo mana de día y de noche. Dios escucha su queja y responde diciéndole que les dará carne para comer un mes completo. Sin embargo, Moisés cuestiona a Dios, a lo cual él responde: “¿Acaso ha perdido mi brazo su poder? ¡Ahora verás si mi palabra se cumple o no!”.
Es necesario devolverle a Dios el lugar que le corresponde, el del Todopoderoso. Este es el año en que debemos confesar y reclamar el poder de Dios. Lo que es imposible para el hombre, es posible para Dios.