viernes, 12 de febrero de 2016

¿QUIÉN ES JESUCRISTO?

RESPUESTA:
Jesucristo, es el único Hijo de Dios que ha existido eternamente. Pero despojándose de su deidad vino y vivió unos 33 años en la tierra, murió, resucitó, y ahora vive sentado a la diestra de Su Padre.
Quizás Juan 1:1 sea el versículo más indicado para expresar quien es Jesucristo: «En el principio la Palabra ya existía» (NTV) Esta frase indica que Jesús siempre ha existido, sin principio y sin fin.
«Y la Palabra estaba con Dios». Juan continúa explicando que Jesús existía con Dios en los cielos: «Y la Palabra era Dios». No sola¬mente existe eternamente con Dios, Jesucristo (la Palabra) es Dios (favor de estudiar Juan 17:5).
Durante la etapa del Antiguo Testamento, el segundo miembro de la Trinidad (Jesucristo) aparece muchas veces, pero nunca es llamado allí el Cristo, sino la Biblia lo llama "el Hijo" (Salmo 2:7) o "el ángel de Jehová" (Génesis 16:7-14, 22:11-18, Éxodo 31: 11-13).
Pero, aproximadamente hace 2000 años, el Hijo, se hizo hombre, dejando los privilegios de la deidad. (Filipenses 2:1-11). Es cuando asumió el nombre de Jesús (hombre), y Cristo (el Mesías o ungido de Dios). Nació como hijo de un carpintero y de la virgen María (Mateo capítulo 1, Lucas capítulo 2).
Principió su ministerio a los 30 años de edad, el cual duró solamente 3 años. Fue cuando murió y resucitó, y apareció a mucha gente antes de ascender al cielo (1 Corintios 15:1-8).
Su encarnación tuvo varios propósitos:
1) Confirmar las promesas de Dios (Génesis 3:15, Romanos 15:8 y 9, Isaías 9:6, Isaías 7:14).
2) Revelar al Padre. En el Antiguo Testamento se conoció a Dios como creador y gobernador (Salmo 103:13). Cristo en su venida agregó otra dimensión, Dios como Padre (Juan 1:18 y 14:9).
3) Llegar a ser el Sumo Sacerdote (Hebreos 4:15-16, Hebreos 5:1-5).
4) Quitar de en medio el pecado (Hebreos 9:26, Marcos 10:45, Juan 1:29 y 35, Isaías 53:6). Éste es el propósito principal de la venida de Jesucristo a la tierra, Él vino para darnos vida y vida en abundancia (Juan 10:10). Sin recibir a Cristo como Salva¬dor, todo ser humano va precipitadamente al infierno, por eso la importancia de la encarnación de Jesucristo aquí en la tierra.
5) Deshacer las obras del diablo (1 Juan 3:8, Hebreos 2:14-15).
6) Darnos el ejemplo de una vida santa (Mateo 11:29, 1 Juan 2:6, 1 Pedro 2:21).
7) Preparar su segunda venida (Hebreos 9:28).
El Señor Jesucristo vendrá de nuevo (no sabemos cuando, Hechos 1:7, Marcos 13:32), para llevar con El a los que han puesto su fe en Su nombre (1 Tesalonicenses 5:13-18).
Por Dr. Jaime Mirón
Vicepresidente de la Asociación Luis Palau.

miércoles, 10 de febrero de 2016

LOS DESEOS DE LOS OJOS

1 Juan 2:16...los deseos de los ojos... no vienen del Padre sino del mundo.
La segunda forma de tentación a través de la cual Satanás vino a Adán y a Eva se relaciona con su mentira con respecto a las consecuencias de desobedecer a Dios. Dios había dicho que la muerte seguiría de la desobediencia, pero Satanás dijo "no moriréis" (Gen 3:4) él estaba apelando al sentido de auto-preservación de Eva al asegurarle que Dios estaba equivocado en el asunto de las consecuencias del pecado, "no lo escuches, haz lo que esté bien ante tus ojos", la fruta prohibida era "agradable a los ojos" (v6) así que Adán ignoró el mandato de Dios para hacer lo que aparentaba ser lo mejor.
El deseo de los ojos sutilmente nos aleja de la Palabra de Dios y carcome nuestra confianza en Dios. Vemos lo que el mundo ofrece y hace que lo deseemos por encima de nuestra relación con Dios. Comenzamos a poner más credibilidad en nuestra propia expectativa de vida que en los mandatos de Dios y sus promesas. Impulsados por el deseo de lo que vemos, agarramos todo lo que podemos creyendo que lo necesitamos y engañados de que Dios quiere que lo tengamos. Equivocadamente asumimos que la voluntad de Dios es no detener nada bueno de nosotros, así que clamamos deseosos la prosperidad.
En lugar de confiar en Dios plenamente, adoptamos una actitud de "pruébamelo". Esa fue la esencia de la segunda tentación de Satanás a Jesús: "si tú eres el Hijo de Dios, aviéntate del pináculo del templo" (Mat 4:6) Pero Jesús no iba a caer en el juego de "muéstrame" de Satanás, Él contestó: "escrito está, no tentarás al Señor tu Dios" (v7)
Dios no tienen ninguna obligación para con nosotros, su obligación es a sí mismo. No hay forma de que puedas decir una oración astuta para que Dios la responda. Eso no solo distorsiona el significado de la oración sino que nos pone en la posición de Dios. Los justos vivirán por fe en la Palabra de Dios escrita y no demanda que Dios se pruebe a sí mismo en respuesta a nuestros caprichos o deseos sin importar qué tan nobles sean. Nosotros somos los que estamos siendo probados, no Dios.
Autor: Neil Anderson