miércoles, 12 de noviembre de 2014

¿QUIÉN TE CONOCE?


Salmo 91:11 Pues a sus ángeles dará órdenes acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos
Néstor no veía la hora de pasar a la secundaria. Le habían dicho que la escuela donde iba a ir ofrecía cursos de carpintería. Soñaba que su primer proyecto sería hacerle un balcón a su cuarto. Su próximo proyecto sería hacer una rampa en el patio para practicar saltos en su patineta. Su obra maestra sería construir un tobogán olímpico en el terreno baldío detrás de la escuela.
Las ilusiones de Néstor se vinieron abajo cuando se enteró de que la clase era sólo de 45 minutos dos días por semana. Y se desilusionó terriblemente cuando el maestro le dijo que su primera tarea era hacer una cosita para la casa, escogiendo de media docena de diseños para servilleteros, cajas para archivar recetas y separadores para los cajones de la cómoda. Pero Néstor casi se desmaya cuando el profesor le dio de vuelta su proyecto. En la hoja de calificación adjunta había un enorme cero. En la parte superior de la hoja el profe había escrito la pregunta: "¿Qué es esto?".
Si estás mirando el proyecto estrafalario de alguien en la escuela y no puedes adivinar qué es, hay una sola manera de averiguarlo. Se lo preguntas a su creador.
Por eso, si estás tratando de averiguar quién eres realmente, ¿a quién te conviene preguntar? Al que te hizo, por supuesto. Dios es el que sabe exactamente quién eres.
Entonces, ¿cómo exactamente te ve Dios?
Primero, Dios te ve como alguien digno de ser amado eternamente. Él es tu Padre. Te creó a su imagen (ver Génesis 1:26, 27). Eres la mejor expresión de su genio creativo. En respuesta a tu fe en Cristo, te aceptó como su hijo en su familia (ver Juan 1:12, 13). Dios te ama tanto que ha encargado a sus ángeles que te protejan (ver Salmo 91:11, 12).
Segundo, Dios te ve como alguien infinitamente valioso. En la cruz, Dios declaró a todos los que quieran escuchar que vales el regalo que es Jesucristo, su Hijo muy amado. Si alguna vez te colocaras una etiqueta con tu precio, tendría que decir "¡JESÚS!" porque el precio que Dios pagó para salvarte fue la vida de Jesús (ver 1 Pedro 1:18, 19).
Tercero, Dios te ve como alguien totalmente capaz. Pablo se jactó: "¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!" (Filipenses 4:13). Dios confía tanto en ti que te dejó sobre la tierra para completar el ministerio comenzado por Jesús. Te ha dado la tarea de guiar a tus prójimos para que acudan a él (ver 2 Corintios 5:20).
Si quieres tener un concepto claro de tu verdadera identidad, necesitas verte como Dios te ve, ni más ni menos. Eres digno de ser amado, valioso y capaz. No lo dudes, ¡eso es lo que eres!

Por Josh McDowell

viernes, 6 de junio de 2014

¿CUAL ES LA PRINCIPAL DIFERENCIA ENTRE EVANGELICOS Y CATOLICOS?




Si alguien se acercara a usted hoy y le preguntara: "¿Cómo puedo ser salvo? ¡Quiero ir al cielo, no al infierno! ¿Qué debo hacer?", ¿qué le diría?

He hecho esta pregunta a miles de católicos romanos, y se la hago a usted. Casi todos dan en esencia la misma respuesta. Es la misma respuesta que yo, siendo evangélico, daba antes de recibir la salvación, cuando aún no conocía la respuesta que Dios da en la Biblia. Esta respuesta puede resumirse así: "Sea bueno. No peque. Viva de acuerdo a la ley de Dios".

La Gran Sorpresa: No Podemos Merecer la Salvación

¡La Biblia nos enseña exactamente lo opuesto a lo que muchos de nosotros hemos creído! Nos dice que somos pecadores que no merecemos la salvación. Pues todos pecaron... No hay ninguno que haga el bien, ni uno siquiera (Romanos 3:23, 12). ¡Todos estamos incluidos! La Biblia nos dice que no somos lo suficientemente buenos para salvar nuestras almas. Maldito sea el que no cumple siempre todo lo que está escrito en la Ley (Gálatas 3:10). Dios nos pide que cumplamos todo; no sólo que seamos mejores que otros, sino ¡que cumplamos todo! Algunos cumplen más que otros, pero nadie es perfecto. Aunque ninguno de nosotros cumpla todo lo que está escrito en la Ley, Dios aún nos ama, y por Su amor, El nos da las buenas noticias del evangelio. Es decir, a pesar de lo que merecíamos, El tuvo misericordia de nosotros y envió a Su Hijo para pagar por nuestros pecados.

A veces un criminal culpable y condenado a la pena de muerte, recibe perdón pleno de parte del gobernador o del presidente. Dios hizo lo mismo por nosotros: Porque el estipendio y paga del pecado es la muerte. Empero la vida eterna es una gracia de Dios por Jesucristo nuestro Señor (Romanos 6:23, TA). Sí, tanto amó Dios al mundo que entregó su Hijo Unico, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna (Juan 3:16).

Dios dice que no podemos salvarnos a nosotros mismos, sino que la salvación es Su regalo para nosotros los pecadores: Pues por gracia de Dios han sido salvados, por medio de la fe. Ustedes no tienen mérito en este asunto: es un don de Dios; y no tienen por qué sentirse orgullosos, porque no lo consiguieron con sus obras (Efesios 2:8-9).

Note cómo la Biblia contradice completamente la creencia de muchas personas, de que si se esforzaran lo suficiente podrían salvarse a sí mismos guardando la ley de Dios: Sabiendo que no se justifica el hombre por las obras solas de la ley, sino por la fe de Jesucristo, por eso creemos en Cristo Jesús, a fin de ser justificados por la fe de Cristo, y no por las obras de la ley: por cuanto ningún mortal será justificado por las obras de la ley (Gálatas 2:16, TA). Y otra vez, el justo vivirá por la fe (Gálatas 3:10-11). (Vea también Gálatas 3:12-13; 5:4; Romanos 3:20).

El criminal a quien se le concede el perdón, no lo recibe porque sea mejor que otros criminales. El es culpable y condenado. El sale de la cárcel como hombre libre porque tuvo suficiente fe para aceptar y probar que ese documento podía liberarlo. En Jesucristo, Dios ofrece Su perdón a pecadores que no lo merecen. ¿Qué hará usted con ese perdón?

La Muerte de Cristo no fue una Equivocación Absurda

La Biblia dice que si pudiéramos merecer la salvación al guardar la ley de Dios, no habría existido razón alguna para que Cristo muriera por nosotros. Dedicarme al cumplimiento de la Ley sería despreciar el don de Dios; sería como decir que Cristo murió inútilmente (Gálatas 2:21).

La Biblia explica por qué no podemos merecer nuestra salvación, y qué hizo Cristo al respecto. El murió en nuestro lugar y llevó sobre él nuestro castigo. Porque todos pecaron, y tienen necesidad de la gloria o gracia de Dios, siendo justificados gratuitamente por la gracia del mismo, en virtud de la redención que todos tienen en Jesucristo, a quien Dios propuso para ser la víctima de propiciación en virtud de su sangre por medio de la fe... por donde se vea cómo él es justo en sí mismo, y que justifica al que tiene la fe de Jesucristo... Así que, concluimos ser justificado el hombre por la fe viva sin las obras de la ley (Romanos 3:23-28, TA). Este pasaje también explica quiénes serán justificados: los que tengan la fe de Jesucristo, o como dice la Biblia Latinoamérica, todo el que cree en Cristo Jesús.

Dios dice que todos pecaron. Créalo. No trate de convencerlo de que usted es la excepción. Arrepiéntase de sus pecados, porque Cristo murió en la cruz para pagar el castigo por ellos, no sólo por el pecado original de Adán, sino por todos los pecados. El apóstol Juan escribió: La sangre de Jesús, Hijo de Dios, nos purifica de todo pecado (1 Juan 1:7). ¡Acepte el perdón que El le ofrece!

El Otro Método No Resultará

En Italia, cuando muere un papa, colocan grandes carteles en las paredes de las ciudades. En ellos piden que el pueblo rece por el alma del papa, porque la iglesia cree que él está sufriendo en el purgatorio. Francamente, el catolicismo romano no puede salvar ni a sus propios papas. Si usted está confiando en ese sistema para su salvación, debe esperar fervientemente una de estas dos posibilidades:

  • Que la Biblia esté equivocada respecto a la forma en que una persona es salvada.
  • Que usted sea mejor católico que los papas.

Enfrentemos la verdad: La Biblia no está equivocada, y probablemente usted no es mejor católico que los papas. La maravillosa y buena noticia es que Dios ofrece salvación en su Hijo para los pecadores que no la han alcanzado.

Por Favor, Reciba el Regalo de Dios

La salvación, como leímos antes, es el regalo de Dios para nosotros. Todo lo que debemos hacer para recibir un regalo es aceptarlo (Efesios 2:8-9). Aceptar el regalo de salvación de Dios significa aceptar a su Hijo, porque esa es la declaración de Dios, que nos ha dado la vida eterna, la cual está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la Vida, el que no tiene al Hijo no tiene la Vida (1 Juan 5:11-12).

Aceptar a Cristo significa que usted dejará de creer que puede salvarse a usted mismo por medio del bautismo, siendo suficientemente bueno o por medio de su sufrimiento en el purgatorio. Ponga su fe en un fundamento más sólido. ¡Confíe en Cristo para su salvación! Pídale que entre en su vida y que la limpie como El desee. Si lo hace, Dios ya no lo verá con sus pecados, sino con la bondad de Cristo. Juan, el apóstol amado de Jesús, escribió: Pero a todos los que lo recibieron, les concedió ser hijos de Dios (Juan 1:12). El apóstol Pablo lo experimentó en su propia vida y escribió: Justificados, pues, por la fe, mantengamos la paz con Dios mediante nuestro Señor Jesucristo, por el cual asimismo, en virtud de la fe, tenemos cabida en esta gracia, en la cual permanecemos firmes, y nos gloriamos esperando la gloria de los hijos de Dios (Romanos 5:1-2, TA).

En mi experiencia, cuando me di cuenta de que Dios me pedía que confiara en Cristo para mi salvación, tuve una verdadera lucha. El me estaba pidiendo que dejara aquello en lo que siempre había dependido para mi salvación: mi propia bondad y mérito. Un artista captó este pensamiento con la fotografía de un niño que dejó caer un juguete para recibir un hermoso pajarito que volaba hacia su mano.

Yo no era lo que consideraba un pecador muy malo cuando comprendí por primera vez que Dios me estaba ofreciendo salvación en Cristo. Al examinar mi vida, el único problema notorio que me molestaba era que yo usaba un vocabulario soez, y sabía que a Dios no le agradaba. Creía que si tan sólo lograba limpiar mi manera de hablar, sería digno de mi salvación.

También tenía otra motivación para limpiar este pecado. En ese tiempo era estudiante universitario y quería dar buena impresión a las muchachas, pero constantemente pasaba vergüenza porque mi sucio vocabulario surgía en los momentos más inapropiados.

Cierta vez aun pedí la ayuda de un amigo. Cada vez que él me escuchaba pronunciar una palabra soez, le pagaba una multa. En muy poco tiempo, él acumuló una buena suma de dinero y la gastamos pasando una noche en la ciudad. Pero, ¡nada daba resultado! No podía controlar el único pecado que, considero yo, no ofrece nada al pecador. Si hubiera sido ladrón, habría tenido más dinero. El pecado sexual me habría dado un momento ocasional de placer. Pero, a pesar de que mi vocabulario soez no me daba nada a cambio, no podía librarme del hábito. Al ver mi situación, abandoné toda esperanza de ser lo suficientemente bueno para salvarme a mí mismo, y creí en Dios. Fue un momento humillante y una decisión difícil. Tuve que reconocer que por 18 años había estado equivocado, y pedí a Cristo que entrara en mi corazón y me limpiara de mi pecado.

Al final de esta batalla interna, las lágrimas de alivio aún corrían por mis mejillas cuando salí como un nuevo hombre, salvado por gracia, no por obras, y con rumbo al cielo. Al vivir Cristo en mí, El pronto limpió mi vocabulario, y desde entonces ha estado limpiando mi vida.

He visto esta misma experiencia en todo tipo de pecadores, desde los pecadores más justos, hasta los ladrones drogados que robaban el último dólar que tenía su madre para comprar alimentos. Después que Cristo ha salvado nuestra alma, no siempre es fácil permitirle que limpie nuestra vida. Toma tiempo leer su Palabra para dejar que El nos persuada. Sin embargo, Dios envía el Espíritu de Cristo para que viva en nosotros cuando recibimos a su Hijo, y somos limpiados por Su poder, no por el nuestro. Ese es el secreto.

Usted también puede ser salvo hoy por medio de un sincero acto de fe. Jesús dijo: Todo lo que el Padre me ha dado vendrá a mí, y yo no rechazaré al que venga a mí (Juan 6:37). ¿Desea detenerse por un momento y venir a Jesucristo ahora mismo para ser salvo? ¡No será rechazado! Lea nuevamente si hay algo que desea comprender mejor, pero no posponga su decisión. Ninguna otra cosa que haga con su vida tendrá importancia si usted va al infierno. ¿Por qué, pues, no confiesa ahora mismo sus pecados a Dios? Al hacerlo, crea que Cristo pagó por cada uno de esos pecados.

Luego, le sugiero que dé gracias a Dios. Muéstrele que es sincero. Para ello, cada día lea su Palabra, la Biblia, para tener comunión con El, y descubra qué desea realmente El de su vida. Cristo es su Señor y su Salvador. El desea guiarlo en lo que haga con su vida.

Pídale a Dios y lo ayudará a encontrar compañerismo con otros cristianos en un grupo que realmente crea y siga Su Palabra. El también le ayudar llevar a sus amigos a Cristo.

 

sábado, 5 de abril de 2014

TUVO MARIA OTROS HIJOS?


Una de las más controversiales enseñanzas de la Iglesia Católica tiene que ver con la virginidad perpetua de María. Esta doctrina sostiene que María continuo siendo virgen después del nacimiento de Jesús, y que las referencias bíblicas que sugieren hermanos son realmente referencias a primos (Catecismo de la Iglesia Católica, párrafo 510).
Mientras la veneración a María se incrementó a través de los siglos, el vehiculo de la Tradición Sagrada se convirtió en el medio para promocionar nuevas doctrinas que no están explícitamente enseñadas en la Biblia. La virginidad de María es claramente enseñada en las Escrituras cuando describe el nacimiento de Jesús. Pero, ¿Es avalada por la Biblia la doctrina de su virginidad posterior? ¿Perdió María su virginidad después que nació Jesús? ¿Revela la Biblia que María tuvo otros hijos, es decir, que Jesús tenia hermanos y hermanas?
La Biblia no declara que María mantuviera su virginidad y que no tuviera más hijos. De hecho, la Biblia parece declarar lo contrario: (Todas las referencias son de la RV60.)
  1. Mateo 1:24-25 – “Y José se levantó de su sueño, e hizo lo que el ángel del Señor le mandó, y tomó a su esposa, y la mantuvo virgen (no la conoció) hasta que dio a luz a su Hijo; y llamo su nombre Jesús.”
  2. Mateo 12:46-47 – “Mientras El estaba hablando a las multitudes, he aquí, Su madre y hermanos estaban fuera, buscándole para hablarle. Y uno le dijo, “He aquí, tu madre y tus hermanos están esperando afuera y buscan hablarte.”
  3. Mateo 13:55 – “¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Santiago y José y Simón y Judas?”
  4. Marcos 6:2-3 – “Y cuando el sábado había llegado, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos de los oyentes estaban atónitos, y decían, ¿De donde saca este hombre estas cosas, y que sabiduría es esta que le es dada,  y tales maravillas por sus manos son hechas? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, y  hermano de Santiago y de José y de Judas y de Simon? ¿No están sus hermanas aquí con nosotros?”
  5. Juan 2:12 – “Después de esto, El bajó a Capernaum, El y su madre, y sus hermanos, y sus discípulos; y se quedaron ahí unos pocos días.”
  6. Hechos 1:14 – “Todos estos estaban unánimes perseveraban en la oración,  y ruegos, junto con las mujeres, y María la madre de Jesús, y con sus hermanos.”
  7. 1 Cor. 9:4-5 – “¿No tenemos derecho de comer y beber? ¿No tenemos derecho a traer con nosotros una hermana como esposa, como el resto de los apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?”
  8. Gal. 1:19 – “Mas a ninguno de los apóstoles vi excepto a Santiago, el hermano del Señor.”
Una lectura inicial de estos textos bíblicos parece aclarar el asunto: Jesús tenía hermanos y hermanas. Pero estas escrituras tan evidentes no quedan sin respuesta para los Teólogos Católicos. El principal argumento en contra estos textos bíblicos es el siguiente:
En Griego, la palabra para hermanos es adelphos y para hermana adelphe. Esta es usada en diferentes contextos: para niños con mismos padres (Mateo 1:2; 14:3), descendientes de parientes (Hechos 7:23, 26; Heb. 7:5), los Judíos como un todo (Hechos 3:17, 22), etc. Por lo tanto, el termino hermano (y hermana) puede también referirse a primos de Jesús.
Ciertamente hay merito en este argumento. Sin embargo, diferentes contextos dan diferentes significados a las palabras. No es legítimo decir que debido a que una palabra tiene un amplio espectro de significados, usted pueda transferir cualquier parte del espectro de significados a cualquier texto que usa la palabra. En otras palabras, solo porque el termino “hermano” significa “compañeros Judíos” o “primo” en un lugar, no significa que tengan el mismo significado en otro. Por tanto, cada versículo debe ser visto en el contexto para evidenciar lo que significa.
Analicemos brevemente unos cuantos versículos en cuanto a los hermanos de Jesús.
Mateo 12:46-47, “Mientras El hablaba a las multitudes, y he aquí su madre y sus hermanos estaban fuera, que le querían hablar. Y uno le dijo: He aquí tu madre y tus hermanos están fuera, que te quieren hablar.”
Mateo 13:55, “¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo y José, y Simón, y Judas?”
En ambos versículos, si los hermanos de Jesús no son hermanos, sino sus primos, entonces ¿Quién es Su madre y quien es el hijo del carpintero? En otras palabras, la madre se refiere a María. El carpintero en Mateo 13:55, se refiere a José. Estos títulos son literales. Aun así, los teólogos Católicos se detendrán ahí y dirán, “aunque hijo del carpintero se refiere a José, y madre se refiere a María, hermanos no se refiere a hermanos, sino a “primos”. Esto no parece una declaración legítima. No puede simplemente cambiar el sentido contextual en el medio de una oración a menos que se requiera por razones obvias. El contexto es claro. Este versículo esta hablando de José, María, y de hermanos de Jesús. El contexto completo es de relaciones familiares: padre, madre, y hermanos.
Salmo 69, un Salmo Mesiánico
Hay muchos argumentos en pro y en contra concerniente a los parientes de Jesús. Pero el asunto no puede ser cerrado sin examinar el Salmo 69, el que es un Salmo Mesiánico. Jesús cita el Salmo 69:4 en Juan 15:25, “Mas para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Que sin causa me aborrecieron.”
El también cita el Salmo 69:9 en Juan 2:16-17, “Y á los que vendían las palomas, dijo: Quitad de aquí esto, y no hagáis la casa de mi Padre casa de mercado. Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consumió.”
Claramente, el Salmo 69 es un Salmo Mesiánico debido a que Jesús lo cito en referencia a si mismo dos veces. La razón de su importancia es debida a lo que está escrito entre los versos que Jesús citó.
Para tener el contexto completo, he aquí el Salmo 69:4-9, “Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa; Se han fortalecido mis enemigos, los que me destruyen sin por qué: He venido pues a pagar lo que no he robado. Dios, tú sabes mi locura; Y mis delitos no te son ocultos. No sean avergonzados por mi causa los que te esperan, oh Señor Jehová de los ejércitos; No sean confusos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel. Porque por amor de ti he sufrido afrenta; Confusión ha cubierto mi rostro. Me he vuelto un extraño a mis hermanos, y un extraño a los hijos de mi madre. Porque me consumió el celo de tu casa; Y los reproches de los que te vituperaban, cayeron sobre mi.”
Este Salmo Mesiánico claramente muestra que Jesús tenía hermanos. En Amos 3:7 dice, “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.” Dios se ha revelado abiertamente en el Nuevo Testamento y proféticamente en el Antiguo. El Salmo 69 nos muestra que Jesús tenía hermanos.
¿Tuvo María otros hijos? La Biblia parece sugerir que si. La tradición Católica dice no. ¿En quien confiará usted?
Por supuesto, el Católico simplemente dirá que incluso esta frase “los hijos de mi madre” no es con referencia a hermanos, sino a primos u otro parentesco. Esto es una necesidad para el Católico, de otra manera, la virginidad perpetua de María es amenazada y además contradice la tradición Católico Romana, una interpretación que es consistente con la tradición debe ser adoptada.
La pregunta es, “¿Fue Jesús un extraño para Sus hermanos? Si, lo fue. Juan 7:5 dice “Ni aun sus hermanos creían en El.” Además el Salmo 69:8 dice tanto “mis hermanos” como “los hijos de mi madre.” ¿Deben ser entendidas como referencias a Sus hermanos? Difícilmente se puede negar. Los Católicos son generosos  al decir que “hermanos” debe significar “primos.” Pero, si ese es el caso, entonces cuando leemos “extraño a los hijos de mi madre” podemos ver que el escritor esta agregando una distinción y estrechando el rango del significado. En otras palabras, Jesús fue un extraño para sus parientes, para Sus medio-hermanos provenientes de María.
Es triste ver que la Iglesia Católica Romana va hasta esos límites para mantener la virginidad de María, algo que es una violación a la ley bíblica de casarse y llenar la tierra.

viernes, 28 de marzo de 2014

DE QUE LADO ESTÁS? JOSUÉ 2





Para lograr éxito en nuestra vida lo fundamental es saber de qué lado estamos. Muchas veces podemos tener las condiciones, la capacidad, el conocimiento para lograr algo pero no lo podemos hacer porque sencillamente estamos del lado equivocado.
Estar del lado equivocado o con las personas equivocadas puede provocar la ruina en una persona. Si quieres llegar a ser una persona de éxito tienes que juntarte con personas de éxito o con personas que luchen y anhelen conseguirlo.


El adagio popular dice: el que se junta con lobos a aullar aprende. O dime con quién andas y te diré quien eres.


En este mundo son más las personas negativas que las personas positivas. La dificultad no se presenta en el problema. La verdadera dificultad está en como manejamos los problemas o cual es nuestra actitud frente a ellos.


Los hogares no se destruyen por los problemas, los problemas son parte de cualquier relación. Los hogares se destruyen por el mal manejo que se le da a los problemas.


Josué envió a dos de sus hombres a espiar la tierra. V 1 “Josué hijo de Nun envió desde Sitim dos espías secretamente, diciéndoles: Andad, reconoced la tierra, y a Jericó. Y ellos fueron, y entraron en casa de una ramera que se llamaba Rahab, y posaron allí.” Pero en realidad ese no era el problema, ellos sabían que contaban con el respaldo de Dios. El problema sería para la mujer dueña de esa casa. V 3 “Entonces el rey de Jericó envió a decir a Rahab: Saca a los hombres que han venido a ti, y han entrado a tu casa; porque han venido para espiar toda la tierra” qué hacer cuando ya el rey los había descubierto y le estaba dando una orden.


La mujer tomo la mejor decisión aunque un tanto arriesgada. Ayudar a los mensajeros de Dios. V 4 “Pero la mujer había tomado a los dos hombres y los había escondido; y dijo: Es verdad que unos hombres vinieron a mí, pero no supe de dónde eran.”


La base del éxito es saber tomar la decisión correcta a un en contra de quienes no quieren que lo hagas. Hechos 6: 2 “Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas”


El tomar buenas decisiones y el andar con las personas correctas hace que vivamos bien. No libres de problemas pero si tenemos la certeza de que podremos salir victoriosos.


Definitivamente el tomar la decisión de estar del lado de Jesucristo nos trae grandes beneficios.


1. Tenemos salvación para nosotros y tenemos la Esperanza que nuestra familia también lo puede ser.  12-13 “Os ruego pues, ahora, que me juréis por Jehová, que como he hecho misericordia con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mi padre, de lo cual me daréis una señal segura;
2:13 y que salvaréis la vida a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y hermanas, y a todo lo que es suyo; y que libraréis nuestras vidas de la muerte.”


2. Tenemos respaldo de Dios y las cosas nos salen bien.14 “Ellos le respondieron: Nuestra vida responderá por la vuestra, si no denunciareis este asunto nuestro; y cuando Jehová nos haya dado la tierra, nosotros haremos contigo misericordia y verdad.”


3. Nos saca del anonimato. A pesar de transcurrir muchos años esta mujer era recordada por su fe. Hebreos 11: 31 “Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz”


4. Cristo nos dignifica. Más adelante esta mujer llegaría a ser parte de la genealogía de Jesucristo.  Mateo 1: 5 “Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí.”


Estar en contra o a lado de Jesucristo es tu decisión. Mateo 12: 30 “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama”


 


Definitivamente estar del lado de Jesucristo es nuestra mejor decisión. El no va a quitarnos los problemas, pero si va a entrenarnos para poderlos resolver. Jesucristo tiene grandes cosas para ti, tu vida puede ser transformada de forma maravillosa solo anhela recibirlo  en tu corazón. 


 



sábado, 1 de marzo de 2014

¿SOBRE QUIEN ESTÁ FUNDADA LA IGLESIA?



El apóstol Pedro mismo explicó en la Biblia sobre quién se fundó la iglesia. Dijo que Jesús era la piedra fundamental: Jesús es la piedra que ustedes los constructores despreciaron y que se convirtió en piedra fundamental, y para los hombres de toda la tierra no hay otro Nombre por el que podamos ser salvados (Hechos 4:11-12).
Con el fin de tener base bíblica para el papado, la Iglesia Católica Romana deja de lado numerosos pasajes como el mencionado arriba -que enseña claramente que Cristo es la cabeza y fundamento de la iglesia- y cita una parte pequeña de un pasaje del Evangelio de Mateo. No quieren darse cuenta de que, aunque la iglesia se hubiera fundado en Pedro, nada en este pasaje infiere que su posición fuera transmitida a los papas. Cito aquí ese pasaje, juntamente con algunos versículos que lo preceden y que nos ayudarán a entenderlo mejor.
Ellos dijeron: "Unos dicen que eres Juan Bautista; otros dicen que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas."
Jesús les preguntó: "¿Y ustedes, quién dicen que soy yo?" Simón contestó: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo." Jesús le respondió: "Feliz eres, Simón Bar-jona, porque no te lo enseñó la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos.
Y ahora, yo te digo: Tú eres Pedro, o sea Piedra, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las fuerzas del infierno no la podrán vencer" (Mateo 16:14-18). En griego, el lenguaje original del Nuevo Testamento, Cristo llama "Piedra" (género masculino) a Pedro. Después dice, "sobre esta piedra" (género femenino) edificaré mi iglesia. ¿Cuál es la roca sobre la cual la iglesia es edificada? La interpretación católica común es que esa roca es Pedro, pero la diferencia de género hace que tal respuesta sea cuestionable. Luego, cinco versículos más adelante, Jesús reprocha a Pedro con tal severidad que lo llama Satanás. En el contexto mismo, entonces, es igualmente posible que la "piedra" sobre la cual está fundada la iglesia se encuentre en la declaración que hizo Pedro: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.
Si permitimos que otros pasajes de la Biblia, que se refieren al mismo tema, nos ayuden a decidir sobre quién está fundada la iglesia, encontramos que es Cristo. Pues la base nadie la puede cambiar; ya está puesta y es Cristo Jesús (1 Corintios 3:11).
Sin duda Pedro debió haber comprendido si la iglesia estaba fundada en él o en Cristo, y escribió que era en Cristo: El dice en la Escritura: "Coloco en Sión una piedra de base, escogida y preciosa: quien cree en él no quedará defraudado." Así ustedes recibirán honor por haber creído. En cambio, para los incrédulos está escrito: "La piedra que rechazaron los constructores ha pasado a ser piedra de base"; y también: "Contra esta piedra tropezarán y contra esta roca caerán." Tropiezan en ella: esto se refiere a que no creen en la palabra; y en esto se cumple un designio de Dios (1 Pedro 2:6-8). Pedro comprendió que Cristo es la piedra angular, el fundamento de la iglesia, y en este pasaje obviamente se refiere a El.
Cristo mismo dijo: ¿No han leído el pasaje de la escritura que dice: La piedra que los constructores desecharon llegó a ser la piedra principal del edificio? (Marcos 12:10). Los judíos entendieron que al decir esto, Jesús estaba declarando que era el Mesías de ellos, y puesto que no deseaban que El fuera su líder, inmediatamente trataron de matarlo y tropezaron en la piedra, tal como habían predicho las Escrituras. Más tarde lograron su objetivo, pero El resucitó de los muertos y llegó a ser la piedra sobre la cual fue fundada la iglesia. ¿Aceptará usted a Cristo como el fundamento y guía de su vida?
Retornando a Mateo 16:14-18, con este trasfondo bíblico parece claro que la piedra a la que Jesús se refirió no fue Pedro, sino su confesión: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.
Aunque esto no fuera verdad, y Pedro fuera la piedra sobre la cual se fundó la iglesia, todavía no hay razón bíblica para pensar que la autoridad de Pedro fue transmitida a otros, y que los papas son sus sucesores. Tampoco hay razón para creer que esta idea fue aceptada por la iglesia de los primeros siglos. En realidad, la idea de un "papa" se desarrolló gradualmente, y fue recién en 1870 cuando la infalibilidad del papa llegó a ser dogma. Aun entonces, dentro de la Iglesia Católica hubo una fuerte oposición a esa idea. Simplemente no hay fundamento sólido para la idea de que un hombre, aparte de Jesucristo, tenga sobre nosotros la autoridad que el papa dice tener, aunque haya buenas razones por las que él desee que lo creamos.
Asimismo resulta confuso que el papa relacione su supuesto derecho de autoridad, de infalibilidad y de hacer que otros se postren ante él, con el hecho de ser sucesor de Pedro. Este nunca declaró tales derechos. ¡Todo lo contrario! Cuando una persona intentó postrarse ante él, le dijo: Levántate, que también yo soy hombre (Hechos 10:26).
Además, Pablo consideró necesario reprender severamente a Pedro, no porque éste fuera infalible, sino porque había actuado mal. Pablo escribió: Cuando más tarde vino Cefas (Pedro) a Antioquía le hice frente en circunstancias en que su conducta fue reprensible (Gálatas 2:11). Y este no fue el primer error grave que cometió Pedro. Todos recordamos cómo negó tres veces a Cristo en el momento preciso del juicio y condenación de nuestro Señor. No quiero quitar nada de lo bueno de este gran apóstol, pero no es lógico afirmar que la infalibilidad del papa le fue transferida de un hombre que cometió errores, y que su autoridad sobre la iglesia provino de un hombre que rehusó que la gente se postrara ante él.
Puesto que la verdadera iglesia está fundada en Jesucristo, debemos encontrar una iglesia que no predique otra salvación, basada en obras y sacramentos, sino que tenga como fundamento la Santa Biblia y a Jesucristo, porque para los hombres de toda la tierra no hay otro Nombre por el que podamos ser salvados (Hechos 4:12). Puesto que casi todo lo que se puede saber de Cristo se encuentra en la Biblia, no vaya a una iglesia que tiene otra clase de autoridad, sea el papa, el Libro de Mormón, el Atalaya, o aun las supuestas comunicaciones del pastor de esa iglesia con Dios. Si puede sentirse cómodo en una iglesia a la que no necesita llevar la Biblia, probablemente hay algo malo.


Artículo tomado de la Revista Chick.

¿SOBRE QUIEN ESTÁ FUNDADA LA IGLESIA?



El apóstol Pedro mismo explicó en la Biblia sobre quién se fundó la iglesia. Dijo que Jesús era la piedra fundamental: Jesús es la piedra que ustedes los constructores despreciaron y que se convirtió en piedra fundamental, y para los hombres de toda la tierra no hay otro Nombre por el que podamos ser salvados (Hechos 4:11-12).
Con el fin de tener base bíblica para el papado, la Iglesia Católica Romana deja de lado numerosos pasajes como el mencionado arriba -que enseña claramente que Cristo es la cabeza y fundamento de la iglesia- y cita una parte pequeña de un pasaje del Evangelio de Mateo. No quieren darse cuenta de que, aunque la iglesia se hubiera fundado en Pedro, nada en este pasaje infiere que su posición fuera transmitida a los papas. Cito aquí ese pasaje, juntamente con algunos versículos que lo preceden y que nos ayudarán a entenderlo mejor.
Ellos dijeron: "Unos dicen que eres Juan Bautista; otros dicen que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas."
Jesús les preguntó: "¿Y ustedes, quién dicen que soy yo?" Simón contestó: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo." Jesús le respondió: "Feliz eres, Simón Bar-jona, porque no te lo enseñó la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos.
Y ahora, yo te digo: Tú eres Pedro, o sea Piedra, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las fuerzas del infierno no la podrán vencer" (Mateo 16:14-18). En griego, el lenguaje original del Nuevo Testamento, Cristo llama "Piedra" (género masculino) a Pedro. Después dice, "sobre esta piedra" (género femenino) edificaré mi iglesia. ¿Cuál es la roca sobre la cual la iglesia es edificada? La interpretación católica común es que esa roca es Pedro, pero la diferencia de género hace que tal respuesta sea cuestionable. Luego, cinco versículos más adelante, Jesús reprocha a Pedro con tal severidad que lo llama Satanás. En el contexto mismo, entonces, es igualmente posible que la "piedra" sobre la cual está fundada la iglesia se encuentre en la declaración que hizo Pedro: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.
Si permitimos que otros pasajes de la Biblia, que se refieren al mismo tema, nos ayuden a decidir sobre quién está fundada la iglesia, encontramos que es Cristo. Pues la base nadie la puede cambiar; ya está puesta y es Cristo Jesús (1 Corintios 3:11).
Sin duda Pedro debió haber comprendido si la iglesia estaba fundada en él o en Cristo, y escribió que era en Cristo: El dice en la Escritura: "Coloco en Sión una piedra de base, escogida y preciosa: quien cree en él no quedará defraudado." Así ustedes recibirán honor por haber creído. En cambio, para los incrédulos está escrito: "La piedra que rechazaron los constructores ha pasado a ser piedra de base"; y también: "Contra esta piedra tropezarán y contra esta roca caerán." Tropiezan en ella: esto se refiere a que no creen en la palabra; y en esto se cumple un designio de Dios (1 Pedro 2:6-8). Pedro comprendió que Cristo es la piedra angular, el fundamento de la iglesia, y en este pasaje obviamente se refiere a El.
Cristo mismo dijo: ¿No han leído el pasaje de la escritura que dice: La piedra que los constructores desecharon llegó a ser la piedra principal del edificio? (Marcos 12:10). Los judíos entendieron que al decir esto, Jesús estaba declarando que era el Mesías de ellos, y puesto que no deseaban que El fuera su líder, inmediatamente trataron de matarlo y tropezaron en la piedra, tal como habían predicho las Escrituras. Más tarde lograron su objetivo, pero El resucitó de los muertos y llegó a ser la piedra sobre la cual fue fundada la iglesia. ¿Aceptará usted a Cristo como el fundamento y guía de su vida?
Retornando a Mateo 16:14-18, con este trasfondo bíblico parece claro que la piedra a la que Jesús se refirió no fue Pedro, sino su confesión: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.
Aunque esto no fuera verdad, y Pedro fuera la piedra sobre la cual se fundó la iglesia, todavía no hay razón bíblica para pensar que la autoridad de Pedro fue transmitida a otros, y que los papas son sus sucesores. Tampoco hay razón para creer que esta idea fue aceptada por la iglesia de los primeros siglos. En realidad, la idea de un "papa" se desarrolló gradualmente, y fue recién en 1870 cuando la infalibilidad del papa llegó a ser dogma. Aun entonces, dentro de la Iglesia Católica hubo una fuerte oposición a esa idea. Simplemente no hay fundamento sólido para la idea de que un hombre, aparte de Jesucristo, tenga sobre nosotros la autoridad que el papa dice tener, aunque haya buenas razones por las que él desee que lo creamos.
Asimismo resulta confuso que el papa relacione su supuesto derecho de autoridad, de infalibilidad y de hacer que otros se postren ante él, con el hecho de ser sucesor de Pedro. Este nunca declaró tales derechos. ¡Todo lo contrario! Cuando una persona intentó postrarse ante él, le dijo: Levántate, que también yo soy hombre (Hechos 10:26).
Además, Pablo consideró necesario reprender severamente a Pedro, no porque éste fuera infalible, sino porque había actuado mal. Pablo escribió: Cuando más tarde vino Cefas (Pedro) a Antioquía le hice frente en circunstancias en que su conducta fue reprensible (Gálatas 2:11). Y este no fue el primer error grave que cometió Pedro. Todos recordamos cómo negó tres veces a Cristo en el momento preciso del juicio y condenación de nuestro Señor. No quiero quitar nada de lo bueno de este gran apóstol, pero no es lógico afirmar que la infalibilidad del papa le fue transferida de un hombre que cometió errores, y que su autoridad sobre la iglesia provino de un hombre que rehusó que la gente se postrara ante él.
Puesto que la verdadera iglesia está fundada en Jesucristo, debemos encontrar una iglesia que no predique otra salvación, basada en obras y sacramentos, sino que tenga como fundamento la Santa Biblia y a Jesucristo, porque para los hombres de toda la tierra no hay otro Nombre por el que podamos ser salvados (Hechos 4:12). Puesto que casi todo lo que se puede saber de Cristo se encuentra en la Biblia, no vaya a una iglesia que tiene otra clase de autoridad, sea el papa, el Libro de Mormón, el Atalaya, o aun las supuestas comunicaciones del pastor de esa iglesia con Dios. Si puede sentirse cómodo en una iglesia a la que no necesita llevar la Biblia, probablemente hay algo malo.


Artículo tomado de la Revista Chick.

DIOS DISIPA NUESTROS ERRORES Y CALMA NUESTRO CORAZÓN


 En un mundo lleno de miedos, conflictos y desesperación, debemos recordar que Jesús vino para ser el Príncipe de Paz (Isaías 9:6). Desesperadamente, necesitamos diariamente su paz. En la medida en que lo miremos, Él disipará nuestros temores y calmará nuestro corazón. El escritor F. B. Meyer escribió: Dios encarnado pone fin al temor. Cristo recordemos que nos dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. (Jn. 14:27)

martes, 25 de febrero de 2014

EL MATRIMONIO EN LA BIBLIA


Deberes conyugales

1 Pedro 3:1-12 Así mismo, esposas, sométanse a sus esposos, de modo que si algunos de ellos no creen en la palabra, puedan ser ganados más por el comportamiento de ustedes que por sus palabras, al observar su conducta íntegra y respetuosa. Que la belleza de ustedes no sea la externa, que consiste en adornos tales como peinados ostentosos, joyas de oro y vestidos lujosos. Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Ésta sí que tiene mucho valor delante de Dios. Así se adornaban en tiempos antiguos las santas mujeres que esperaban en Dios, cada una sumisa a su esposo. Tal es el caso de Sara, que obedecía a Abraham y lo llamaba su señor. Ustedes son hijas de ella si hacen el bien y viven sin ningún temor. De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará sus oraciones..

En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes. No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición. En efecto, «el que quiera amar la vida y gozar de días felices, que refrene su lengua de hablar el mal y sus labios de proferir engaños; que se aparte del mal y haga el bien; que  busque la paz y la siga. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal.»

El Matrimonio Prospera 

El apóstol Pedro, un hombre casado, exhortó bajo inspiración a los esposos cristianos a que asignaran a sus esposas “honra como a un vaso más débil” (1 Pedro 3:7; Mateo 8:14). Por lo tanto, la honra y el respeto a la dignidad personal del cónyuge son requisitos bíblicos para el matrimonio. ¿De qué maneras se pueden manifestar?
Tal como el agua vitaliza una planta en crecimiento, el habla gentil y los gestos amables entre los cónyuges, tanto en público como en privado, pueden fortalecer su relación. En cambio, los ataques verbales ásperos e insultantes, así como los comentarios denigrantes, frívolos y sarcásticos que son tan comunes en las comedias de televisión, resultan destructivos. Pueden provocar sentimientos dañinos, como la falta de amor propio, la depresión y el resentimiento; hasta pueden causar heridas emocionales difíciles de curar.
Respetar la dignidad personal ajena también significa aceptar a cada uno como es, y no tratar de adaptarlo a un ideal preconcebido ni compararlo injustamente con otras personas. Esto es de especial importancia entre marido y mujer. En un ambiente en el que resulta fácil y agradable comunicarse y expresarse, sin temor a oír críticas ni reprimendas, la intimidad florece. Cuando una persona puede ser ella misma en el matrimonio, entonces el hogar verdaderamente constituye un refugio del rudo y cruel mundo exterior.

En estos tiempos turbulentos, los esposos en especial tienen que imitar la paciencia y el amor de Jesús, así como su firmeza al defender los principios bíblicos (2 Timoteo 3:1-5). Así es, los esposos deben enfrentarse a los problemas que plantea el matrimonio del mismo modo como se enfrentó Jesús a las dificultades: con conocimiento. Las pruebas que él padeció fueron mayores que las de cualquier otro ser humano, pero siempre tuvo en cuenta que los responsables eran Satanás, sus demonios y este mundo malvado (Juan 14:30; Efesios 6:12). Por tanto, los problemas nunca tomaron por sorpresa a Jesús. De igual forma, tampoco debería sorprender a los cónyuges la “tribulación en la carne” que, como advierte la Biblia, les espera a quienes se casan (1 Corintios 7:28).
Y por último las palabras finales del versículo 7 de 1 Pedro Capitulo 3.- Se desprende la seriedad de su exhortación: si el esposo no honra a su esposa, se perjudicará su relación con Jehová y se obstaculizarán sus oraciones.

Consejos matrimoniales


En 1 Corintios 7 Pablo dice: paso ahora a los asuntos que me plantearon por escrito: «Es mejor no tener relaciones sexuales.»[a] Pero en vista de tanta inmoralidad, cada hombre debe tener su propia esposa, y cada mujer su propio esposo. El hombre debe cumplir su deber conyugal con su esposa, e igualmente la mujer con su esposo. La mujer ya no tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposo. Tampoco el hombre tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposa. No se nieguen el uno al otro, a no ser de común acuerdo, y sólo por un tiempo, para dedicarse a la oración. No tarden en volver a unirse nuevamente; de lo contrario, pueden caer en *tentación de Satanás, por falta de dominio propio. Ahora bien, esto lo digo como una concesión y no como una orden. En realidad, preferiría que todos fueran como yo. No obstante, cada uno tiene de Dios su propio don: éste posee uno; aquél, otro.

A los solteros y a las viudas les digo que sería mejor que se quedaran como yo. Pero si no pueden dominarse, que se casen, porque es preferible casarse que quemarse de pasión.

10 A los casados les doy la siguiente orden (no yo sino el Señor): que la mujer no se separe de su esposo. 11 Sin embargo, si se separa, que no se vuelva a casar; de lo contrario, que se reconcilie con su esposo. Así mismo, que el hombre no se divorcie de su esposa.

12 A los demás les digo yo (no es mandamiento del Señor): Si algún hermano tiene una esposa que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, que no se divorcie de ella. 13 Y si una mujer tiene un esposo que no es creyente, y él consiente en vivir con ella, que no se divorcie de él. 14 Porque el esposo no creyente ha sido *santificado por la unión con su esposa, y la esposa no creyente ha sido santificada por la unión con su esposo creyente. Si así no fuera, sus hijos serían impuros, mientras que, de hecho, son santos.

15 Sin embargo, si el cónyuge no creyente decide separarse, no se lo impidan. En tales circunstancias, el cónyuge creyente queda sin obligación; Dios nos ha llamado a vivir en paz. 16 ¿Cómo sabes tú, mujer, si acaso salvarás a tu esposo? ¿O cómo sabes tú, hombre, si acaso salvarás a tu esposa?

17 En cualquier caso, cada uno debe vivir conforme a la condición que el Señor le asignó y a la cual Dios lo ha llamado. Ésta es la norma que establezco en todas las iglesias. 18 ¿Fue llamado alguno estando ya *circuncidado? Que no disimule su condición. ¿Fue llamado alguno sin estar circuncidado? Que no se circuncide. 19 Para nada cuenta estar o no estar circuncidado; lo que importa es cumplir los mandatos de Dios. 20 Que cada uno permanezca en la condición en que estaba cuando Dios lo llamó. 21 ¿Eras *esclavo cuando fuiste llamado? No te preocupes, aunque si tienes la oportunidad de conseguir tu libertad, aprovéchala. 22 Porque el que era esclavo cuando el Señor lo llamó es un liberto del Señor; del mismo modo, el que era libre cuando fue llamado es un esclavo de Cristo. 23 Ustedes fueron comprados por un precio; no se vuelvan esclavos de nadie. 24 Hermanos, cada uno permanezca ante Dios en la condición en que estaba cuando Dios lo llamó.

25 En cuanto a las personas solteras,[b] no tengo ningún mandato del Señor, pero doy mi opinión como quien por la misericordia del Señor es digno de confianza. 26 Pienso que, a causa de la crisis actual, es bueno que cada persona se quede como está. 27 ¿Estás casado? No procures divorciarte. ¿Estás soltero? No busques esposa. 28 Pero si te casas, no pecas; y si una joven[c] se casa, tampoco comete pecado. Sin embargo, los que se casan tendrán que pasar por muchos aprietos,[d] y yo quiero evitárselos.

29 Lo que quiero decir, hermanos, es que nos queda poco tiempo. De aquí en adelante los que tienen esposa deben vivir como si no la tuvieran; 30 los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran algo, como si no lo poseyeran; 31 los que disfrutan de las cosas de este mundo, como si no disfrutaran de ellas; porque este mundo, en su forma actual, está por desaparecer.

32 Yo preferiría que estuvieran libres de preocupaciones. El soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarlo. 33 Pero el casado se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposa; 34 sus intereses están divididos. La mujer no casada, lo mismo que la joven soltera,[e] se preocupa[f] de las cosas del Señor; se afana por consagrarse al Señor tanto en cuerpo como en espíritu. Pero la casada se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposo. 35 Les digo esto por su propio bien, no para ponerles restricciones sino para que vivan con decoro y plenamente dedicados al Señor.

36 Si alguno piensa que no está tratando a su prometida[g] como es debido, y ella ha llegado ya a su madurez, por lo cual él se siente obligado a casarse, que lo haga. Con eso no peca; que se casen. 37 Pero el que se mantiene firme en su propósito, y no está dominado por sus impulsos sino que domina su propia voluntad, y ha resuelto no casarse con su prometida, también hace bien. 38 De modo que el que se casa con su prometida hace bien, pero el que no se casa hace mejor.

39 La mujer está ligada a su esposo mientras él vive; pero si el esposo muere, ella queda libre para casarse con quien quiera, con tal de que sea en el Señor. 40 En mi opinión, ella será más feliz si no se casa, y creo que yo también tengo el Espíritu de Dios.



SOBRE EL ESTADO CIVIL DE PABLO



Un tema discutido en la investigación del «Pablo histórico» es su estado civil, del cual no existe constancia clara. Los textos de 1Corintios 7:8 y 1Corintios 9:5 sugieren que, cuando escribió esa carta en la primera mitad de la década del año 50, no estaba casado, pero eso no aclara si nunca se había casado, si se había divorciado o si había enviudado.[76]

En general, los investigadores suelen optar por dos posiciones mayoritarias:

  1. que habría permanecido célibe toda su vida sin que quede clara la razón precisa, que no sería necesariamente de índole religiosa;[77]
  2. que habría estado casado,[78] y luego habría enviudado. Esta posición fue planteada por Joachim Jeremias,[79] y encontró entre otros seguidores a J.M. Ford, E. Arens y, en nuestros días, a S. Légasse.[80] Esta postura supone que Pablo estaba casado porque era preceptivo en el caso de los rabinos.[81] Por lo tanto, cuando Pablo escribió en 1 Corintios 7:8: «Digo a los solteros y a los viudos, 'bueno es que se queden como yo estoy'», se clasificaría entre los viudos (chérais), no entre los solteros (agamois); Pablo no se habría casado de nuevo (cf. 1 Corintios 9:5). E. Fascher, que defendió el celibato perpetuo de Pablo, mostró objeciones a esta teoría.[82]

Romano Penna y Rinaldo Fabris señalan otra posición posible: que Pablo y su presunta mujer se hubiesen separado. Ese supuesto podría vincularse con el llamado privilegio paulino establecido por el Apóstol, que consiste en el derecho que tiene a romper el vínculo matrimonial la parte cristiana cuando la otra parte es infiel y no se aviene a vivir con ella pacíficamente.[83] [84]


(Textos tomados de Wikipedia)

 

Jesús fue abusado - Prédica del Pastor Andrés Corson sobre el abuso y la forma de educar a los hijos sin incurrir en el abuso.


lunes, 10 de febrero de 2014

TOMAMOS EL CAFECITO?

¡Buenos días!

El Cafecito de hoy.



Hace unas noches estuvimos con unos amigos viendo una película en casa. Era una película donde actuaba Hugh Jackman el interprete de Guepardo (lobezno). En la trama secuestraban a su hija y la de un vecino, al parecer había sido un joven con problemas mentales y cuyo coeficiente era de un niño de diez años. 



Este fue detenido pero no pudieron probar nada; y por su estado mental lo soltaron. Así que Hugh tomo la justicia por su propia mano, lo secuestro para torturarlo y que este le dijera donde había metido a las niñas. 



Luego de varios días de tortura estaba cansado, angustiado y afligido. Así que se puso a orar el padre nuestro, mientras clamaba a Dios por su hija. Así que cuando llego a la parte que dice: Perdónanos, como también nosotros perdonamos a los que…” y no pudo terminar la frase, porque sabia que no estaba cumpliendo con esa parte. 



Y esto nos pasa a muchos. Pedimos perdón pero no somos capaces de perdonar. Queremos que se nos trate con la misericordia que nosotros no usamos cuando nos toca hacerlo. El rencor es como un cáncer que arropa lentamente el corazón. Somos prontos para pedir auxilio pero lentos en brindárselo a quien lo necesita. 



La Biblia dice que dando es como se recibe. Así que si queremos recibir perdón ¿Que crees que debemos dar? Hay familias, amigos, parejas que necesitan en este día ese bálsamo llamado perdón. Este curara todas esas heridas que se han acumulado. 



Familias que durante tanto tiempo han vivido bajo las cadenas del rencor y la falta de perdón. Hoy es el día de sanar. Toma el teléfono, envía un email, por Facebook, twitter, o por donde sea… pero hazlo. Hoy es el día de pedir perdón y perdonar.



¡Que tengas un día bendecido!

viernes, 7 de febrero de 2014

¿POR QUE LOS EVANGELICOS NO VENERAN LAS IMAGENES?



Para quienes viven al margen del catolicismo romano, el problema de las imágenes no parece tener la importancia que realmente tiene. En Italia, el centro del catolicismo, la actitud hacia las imágenes aún es el criterio que usan muchos católicos para distinguir entre católicos y evangélicos. Ellos dicen: "¡Ah! ¡Usted es evangélico! Ustedes son los que no creen en los santos, ¿no es cierto?"
El dogma católico dice: "Está permitido y es beneficioso venerar las imágenes de los santos". Estas imágenes, y los santos que representan, son sumamente importantes en la vida religiosa de la gente de Italia y de otros países católicos romanos. Esto no sólo sucede en la iglesia, sino también en la religión popular que es menos oficial. Multitud de personas que casi nunca van a una iglesia se consideran fieles católicos simplemente porque son devotos a una o más imágenes católicas.
Quizá el hecho más importante que distingue a los protestantes que creen en la Biblia, de sus vecinos católicos, es que aquellos insisten en que cada individuo necesita conocer a Dios personalmente. De hecho, la razón por la que Cristo vino a la tierra, murió por nuestros pecados y resucitó, fue para quitar los pecados que nos separan de Dios, de manera que podamos conocerlo en forma personal. La Biblia enseña que cada individuo debe tener una relación continua y directa con Dios; no una relación de larga distancia por medio de una imagen o del santo que ella representa. Uno de los temas principales de la Biblia, comenzando desde Génesis hasta el último libro, Apocalipsis, es que Dios aborrece las imágenes. La razón es que ellas alejan a la persona del contacto directo con El, porque proveen alguien más a quien orar y en quien confiar.
El Misterio del Mandamiento Perdido

La mayoría de los católicos se sorprenden al saber que uno de los Diez Mandamientos prohibe el uso de las imágenes. Cito el segundo mandamiento, no de una Biblia publicada por evangélicos, sino de la Biblia católica romana: No te hagas estatua ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, abajo, en la tierra, y en las aguas debajo de la tierra. No te postres ante esos dioses, ni les des culto, porque Yo, Yavé, tu Dios, soy un Dios celoso. Yo castigo a hijos, nietos y biznietos por la maldad de los padres cuando se rebelan contra mí. Pero me muestro favorable hasta mil generaciones con aquellos que me aman y observan mis mandamientos (Exodo 20:4-6).
Aunque la Iglesia Católica enseña los Diez Mandamientos en sus catecismos, consistentemente elimina el mandamiento citado arriba. Sin embargo, se encuentra siempre en cualquier Biblia, ya sea publicada por una casa editora evangélica o católica. Si usted tiene una Biblia, ¿por qué no lo busca ahora?
Si tiene un catecismo católico romano, ¿por qué no lo abre también? No notará de inmediato que el mandamiento contra las imágenes y postrarse ante ellas ha sido eliminado, porque allí todavía habrán diez mandamientos. Pero si lee los primeros tres mandamientos tanto en la Biblia como en el catecismo, verá que el segundo mandamiento, el más largo de todos, fue eliminado de la versión que se encuentra en el catecismo. La omisión se ha ocultado dividiendo el décimo mandamiento en dos. Es así como se lee el décimo mandamiento en la Biblia católica: No codicies la casa de tu prójimo. No codicies su mujer, ni sus servidores, su buey o su burro. No codicies nada de lo que le pertenece (Exodo 20:17). En el catecismo, la parte que habla de no codiciar la mujer de tu prójimo se convierte en el noveno mandamiento, y el resto que habla de los servidores, etc., se une para formar el décimo. Estos mandamientos se repiten en Deuteronomio 5. En este segundo pasaje no es tan notorio que el último mandamiento se ha dividido en dos para camuflar el robo del segundo. Quizá sea esta la razón por la que la Iglesia Católica usa generalmente la reseña de los Diez Mandamientos en Deuteronomio, en lugar de la presentación original de los mandamientos en Exodo.
El hecho de que el segundo mandamiento sea eliminado por completo y que se oculte la omisión muestra que la Iglesia Católica no lo interpreta en forma diferente a como lo interpretan otros. Si no comprendieran que condena sus imágenes, ¿por qué quitarían este mandamiento del catecismo y de otras enseñanzas católicas populares?
Fotografías

Algunos, tratando de justificar la oración a las imágenes, dicen que si tuviéramos que cumplir literalmente el segundo mandamiento, ni siquiera podríamos tener fotografías de nuestros amigos y seres queridos. La Biblia aclara este punto en un pasaje que especifica cuáles imágenes condena. Las imágenes prohibidas son las que el pueblo venera o adora: No se hagan ídolos, ni levanten estatuas o monumentos, ni coloquen en su tierra piedras grabadas para postrarse ante ellas, porque yo soy Yavé, el Dios de ustedes (Levítico 26:1). Note que aquí, como en Exodo, habla de un propósito para usar la imagen, para adoración, o como se traduce con frecuencia la misma palabra hebrea, postrarse. Este propósito excluiría fotografías comunes de sus amigos y de su familia. Una excepción obvia es la práctica de la oración a las fotografías de los familiares muertos.
Imágenes Paganas

Otros tratan de evitar la enseñanza clara de Dios afirmando en forma autoritaria que El se refiere sólo a imágenes paganas, no a sus imágenes "cristianas". Sin embargo, notamos que:
  • Moisés, al dirigirse a los hebreos, el pueblo escogido de Dios y no a los paganos, les dijo que el Señor no se reveló a ellos cuando les dio los Diez Mandamientos, por una precisa razón: Para que el pueblo de Dios no hiciera imágenes de Dios mismo -Ustedes no vieron figura alguna el día en que Yavé les habló en el monte Horeb en medio del fuego. Por tanto no vayan a corromperse: no se hagan un ídolo, o sea, un dios esculpido con forma de hombre o de mujer (Deuteronomio 4:15-16; lea también los versículos 17-19). Lo que se prohibió aquí no fue una imagen pagana, sino cualquier imagen que el pueblo escogido de Dios pudiera haber hecho de Dios, de hombres o de mujeres.
  • Dios elogió a un rey de los judíos porque destruyó una serpiente de bronce que había sido hecha por orden expresa de Dios, y a la cual Su pueblo había comenzado a adorar después de cierto tiempo. La Biblia dice de este rey: Hizo lo que es recto a los ojos de Yavé, imitando a David, su antepasado. Suprimió los santuarios de las lomas, quebró los cipos y cortó los troncos sagrados. También destruyó la serpiente de bronce que Moisés había fabricado en el desierto, pues hasta ese tiempo los israelitas le ofrecían sacrificios y la llamaban Nejustán (2 Reyes 18:3-4).

En el Nuevo Testamento se Prohiben las Imágenes

Otros, tratando de eludir la clara enseñanza de la Palabra de Dios, dicen que las imágenes se prohibieron en el Antiguo Testamento, pero que ahora están permitidas porque no estamos en tiempos del Antiguo Testamento, sino en el Nuevo. El punto débil y fatal de este argumento es que ¡simplemente no es verdad! El Nuevo Testamento habla mucho de las imágenes, y siempre contra ellas, tal como lo hace el Antiguo Testamento.
Uno de los primeros pasajes que se escribieron en el Nuevo Testamento es 1 Corintios 10:14: Por eso, hermanos muy queridos, huyan del culto a los ídolos. Este tema continúa a través del Nuevo Testamento. Lo encontramos inclusive en 1 Juan 5:21, uno de los últimos libros que se escribieron en el Nuevo Testamento. Allí leemos: Hijitos, guárdense de los ídolos.
Entre estos versículos que he citado hay otros; son muchos para mencionarlos aquí, pero le animo a leerlos. Verá que las imágenes se prohiben prácticamente a través de todo el Nuevo Testamento: 1 Corintios 6:9; 10:7; 12:2; Hechos 7:39-42; 17:16, 29; Romanos 1:23; 1 Pedro 4:3; Apocalipsis 2:14; 9:20; 21:8; 22:15.
Historia de la Idolatría en la Iglesia

Las iglesias de los primeros siglos no usaron imágenes (con la excepción del símbolo del pescado, usado como emblema y no como ídolo). Las imágenes se introdujeron en la iglesia primeramente para uso ornamental, a fines del siglo III. Por el año 400 d.C. las usaron también para la enseñanza, y sólo en los siglos siguientes las imágenes fueron consideradas sagradas. Luego, en los Concilios de Nicea en 787 d.C. y en el de Trento en 1562 d.C., la iglesia romana aceptó que las imágenes fueran veneradas.
De acuerdo a la tradición católica, cuando una persona ora a la imagen de un santo o la adora, está venerando al santo. Esta explicación, sin embargo, aunque parezca convincente, nunca puede justificar la oración a una imagen, porque Dios nos ordena que no lo hagamos. Algunas de las personas más importantes de la Iglesia Católica han comprendido esta enseñanza; se demostró claramente cuando el papa Juan XXIII sacó muchas de las imágenes de las iglesias. El papa Juan XXIII, y otros papas que lo siguieron, también trataron de eliminar otras prácticas idólatras de la iglesia, como el llevar imágenes en procesiones.
¿De Quiénes Son las Imágenes?

En la mayoría de los casos, las imágenes veneradas no son realmente imágenes de los santos, puesto que en el tiempo en que vivieron muchos de ellos no había cámaras fotográficas, y no muchos de ellos posaron para que pintaran sus retratos. La consecuencia obvia es que con frecuencia las imágenes son en realidad de modelos contratados más tarde por los artistas. Muchos artistas crearon obras de arte religiosas y no religiosas, y usaron los mismos modelos para ambas. A veces los modelos del artista eran personas muy religiosas, pero a menudo no lo eran. En otras ocasiones, la imagen mental que se formaba el artista determinaba qué apariencia tendría el santo. Esto es obvio cuando recordamos la tez pálida común en muchas "vírgenes", y luego recordamos las famosas "vírgenes" negras.
Cuando una señora caminaba con su perro y pasó por la puerta del estudio de un artista, comprendió que las imágenes a las que ora la gente generalmente no son de los santos. El artista salió y le preguntó a la señora si le permitiría cortar un poco de pelo de la cola del perro; lo necesitaba para las cejas de un santo que estaba haciendo. Ella con gusto le dio el pelo que deseaba. Después, al seguir caminando, se dio cuenta: "¡Esto significa que estaré inclinándome ante el pelo de la cola de mi perro!" En ese mismo momento ella decidió abandonar su idolatría.
Las Imágenes Son Uno de los Temas Principales de la Biblia

El hecho de que tantos pasajes de la Biblia traten de las imágenes muestra claramente que para Dios, este es un asunto de suma importancia. He mencionado ya muchos de los pasajes en el Nuevo Testamento. Aunque el tema es muy amplio en el Antiguo Testamento para citar todos los pasajes, los siguientes son algunos de los más importantes. Al leerlos comprenderá el punto de vista que Dios tiene de las imágenes. Además, la gran cantidad de citas no puede dejar de impresionarnos en cuanto a la importancia que este tema tiene para Dios: Exodo 23:24; 34:13; Levítico 19:4; 26:30; Números 33:52; Deuteronomio 5:8-9; 9:12-17; 16:21; 27:15; 1 Reyes 14:9, 22-23; Salmos 78:58; 97:7; 106:19-20; 115:4-9; 135:15-18; Isaías 10:10-11; 30:22; 31:6-7; 42:8-17; 44:8-20; 45:20; 46:6-7; Jeremías 10:3-16; Ezequiel 16:17-21; 30:13; Daniel 3:1-18; Oseas 11:2; 13:2-4; Miqueas 1:7; 5:12-13; Habacuc 2:18-20.
¿Debemos Orar a los Santos Mismos?

En este punto, alguien podría sugerir que aunque es incorrecto orar a las imágenes, tal vez sería correcto orar a los santos mismos, sirviendo ellos como mediadores entre nosotros y Dios. Sin embargo, Jesucristo dijo que nadie podía ir al Padre sino por El (Juan 14:6), y 1 Timoteo es aún más específico: Único es Dios, único también es el mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, verdadero hombre. El entregó su vida para rescatar a todos (2:5). Cristo es nuestro mediador, porque es El quien nos lleva a tener relación con Dios. El pagó todo lo que Dios pedía por nuestros pecados, para que nosotros los pecadores pudiéramos orar directamente, "Padre nuestro...".
Otra traducción dice: Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos. ¿Por qué diría Dios que Cristo Jesús es el único mediador si fuera mentira, y realmente hubieran muchos mediadores?
Durante un programa de televisión en el que recibíamos llamadas telefónicas, un sacerdote llamó para discutir conmigo este versículo. Tratando de señalar una excusa en este versículo que permitiera a los católicos orar a los santos, él afirmó: "No es que los santos puedan responder directamente las oraciones, sino que ellos oran a Jesús, quien a su vez ora a Dios el Padre, quien responde la oración". Puesto que conozco la doctrina católica, le pregunté: "¿Son los santos omniscientes y omni-presentes, de tal manera que puedan entender miles de oraciones de todo el mundo, en muchos idiomas diferentes, todos al mismo tiempo?" Por supuesto, él tuvo que responder: "No, sólo Dios es omnisciente y omnipresente; los santos no pueden oír ni responder todas las oraciones". Al darse cuenta de la implicación de lo que había dicho, trató de reparar el daño diciendo: "Dios el Padre escucha las oraciones y ¡¡¡les dice a los santos qué pidieron las personas!!!"
Recuerde, sólo Dios puede estar en todos los lugares a la vez para escuchar las miles de oraciones que llegan de todo el mundo al mismo tiempo. ¿Hay alguna buena razón para que no oremos directamente a El?
Dios nos ama. El desea ser nuestro amigo y nuestro Padre. Dios nos pide que oremos directamente a El, que tengamos comunión con El, que lo honremos y lo adoremos. El se siente abandonado cuando veneramos a alguien más o algo. La Biblia nos dice que El es Dios celoso de nuestro amor, y para que comprendamos esto, nos da la ilustración del esposo que no quiere que su esposa se vaya con otros hombres. ¿Qué le estamos diciendo a Dios cuando le damos la espalda y oramos a un santo? Es una gran ofensa llegar a la conclusión de que El no es tan bondadoso, tan considerado y tan compasivo como los santos.
Examinemos un ejemplo que literalmente cientos de italianos han usado para mostrarme por qué debería orar a los santos. Ellos dicen: "Si usted quisiera un empleo en cierta fábrica, y su tío fuera amigo del dueño, usted no iría a hablar directamente con el dueño de la fábrica. Le pediría a su tío que fuera y hablara por usted". En esta ilustración, el tío representa al santo y el dueño de la fábrica representa a Dios. La ilustración sugiere que el santo, representado por el tío, lo conoce a usted, lo ama y desea ayudarlo; mientras que Dios, representado por el dueño de la fábrica, no lo conoce, no lo ama ni desea ayudarlo. La verdad es que Dios nos conoce y nos ama, y nos pide que vayamos directamente a El en el nombre de Jesucristo, el único mediador.
La Biblia nunca infiere que santo alguno, vivo o muerto, nos ame más que Dios, y ni siquiera una vez menciona la posibilidad de que alguien ore a los santos o por medio de ellos. Sin embargo, de Jesucristo dice: Nuestro sumo sacerdote no se queda indiferente ante nuestras debilidades, por haber sido sometido a las mismas pruebas que nosotros, pero que a él no lo llevaron al pecado. Por lo tanto, acerquémonos con plena confianza al Dios de bondad; él tendrá piedad de nosotros y nos recibirá en el momento oportuno (Hebreos 4:15-16; lea también Efesios 3:12). ¡El nos conoce y cuida de nosotros!
Cristo mismo nos dice a quién debemos orar. Mateo 7:7-11 comienza con estas palabras: Pidan y se les dará... y termina diciendo: Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con mayor razón el Padre celestial, Padre de ustedes, dará cosas buenas a los que se las pidan. Juan 15:16 agrega que debemos pedir al Padre en el nombre de Jesús: Ustedes no me escogieron a mí. Soy yo quien los escogí a ustedes y los he puesto para que vayan y produzcan fruto, y ese fruto permanezca. Y quiero que todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se los dé. Un estudio de las oraciones en la Biblia le mostrará que todas fueron dirigidas a Dios el Padre, y ninguna a los santos que habían muerto.
¿Creen los Evangélicos en los Santos?

Lo que recién afirmé será motivo para que alguien diga: "¡Los evangélicos no creen en los santos!" En realidad, ¡creemos en los santos! Sin embargo, creemos lo que la Biblia dice acerca de ellos, lo cual es muy diferente de la tradición católica. Creemos tanto en ellos que deseamos obedecer los mandamientos que Dios les inspiró a escribir en la Biblia. Entre otras cosas, nos dijeron que debemos orar a Dios y no a los santos o imágenes. Además de tratar de obedecer lo que los santos escribieron en la Biblia, aquellos que realmente fueron santos son un ejemplo para nosotros. La Biblia llama "santos" a todos los que son santificados por medio de la fe en el Señor Jesucristo. La palabra "santos" se usa en el Nuevo Testamento para referirse a los creyentes como grupo, no para distinguir a una persona considerándola más santa que otra porque hizo milagros o porque vivió una vida más pura.
En la Biblia la palabra "santos" se usa para describir a personas que aún vivían. Los escritos de Pablo en la Biblia usan mucho esta palabra. Examinemos cómo la usa: A los santos que están en Efeso (Efesios 1:1). Vea también Efesios 1:18; 5:3; Romanos 1:7; Hechos 9:13, 32. En La Sagrada Biblia, traducida por Félix Torres Amat, también se encuentra la palabra "santos" en Efesios 1:15; 2:19; 3:8, 18; 4:12; 6:18; Hechos 26:10. No podemos dejar de sorprendernos por el hecho de que la palabra "santo" fue usada consistentemente en plural para referirse a grupos de cristianos comunes.
Los creyentes de la iglesia de Corinto eran santos o santificados (1 Corintios 1:2 y 6:11, TA; 14:34). No obstante, aún tenían algunos defectos y pecados sumamente graves, y Pablo no podía hablarles como a cristianos espirituales, sino como a carnales (1 Corintios 1:11; 3:1; 6:5-8; 11:22).
¿Por qué los Evangélicos no Oran a los Santos?

Además de la clara afirmación, único es Dios, único también es el mediador entre Dios y los hombres, hay otras razones por las que no oramos a los santos:
  • Dios no nos da en la Biblia ni un solo ejemplo de alguien que alguna vez orara o venerara a los santos, ni nos da indicación alguna de que El desee que lo hagamos.
  • Las Escrituras dicen: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo servirás (Lucas 4:8).
  • En la Biblia encontramos ejemplos tanto de hombres como de ángeles que no permitieron que la gente se postrara ante ellos, y enseñaron que eso no se debe hacer. Cuando Pedro entró, Cornelio le salió al encuentro y cayó a sus pies con mucho respeto. Pero Pedro lo levantó y le dijo: Levántate, que también yo soy hombre (Hechos 10:25-26; vea también Hechos 14:13-15 y Apocalipsis 22:8-9).
  • El apóstol Pablo, uno de los "santos", explicó a los filipenses que él sólo podría serles de ayuda estando con vida (Filipenses 1:23-26).

Para responder al argumento de que los santos responden a las oraciones con milagros, es necesario recordar que las manifestaciones espirituales (incluyendo los milagros) pueden provenir de dos fuentes diferentes: de Dios, o del diablo y sus demonios. El mandamiento de Dios es que no debemos hacer imágenes. Cuando los milagros parecen haber sido hechos por los santos, y convencen a más personas para que participen en la práctica idólatra de orar a otro que no sea Dios, estos milagros no pueden venir de Dios.
Además, hay muchos santos que fueron depuestos por la Iglesia Católica, porque los estudios históricos mostraron que nunca existieron. Por ejemplo, Santa Filomena supuestamente había sanado en forma milagrosa al papa Pío X. Pero en una época más reciente esta santa fue desacreditada por otro papa y su comisión de investigación al probar que era sólo fábula. A pesar de que la posición oficial actual de la iglesia es que esa persona nunca existió, los que son fieles a su imagen afirman que ésta continúa haciendo milagros.
Usted también puede ser santo si va por medio de la fe a Jesucristo, quien dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí (Juan 14:6). No es una declaración oficial de la iglesia lo que hace santa a una persona, ni se obtiene ese nombre por llevar una vida sin pecado o por hacer milagros. Dios hace santos al transformar a los pecadores: Somos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo hecha una vez sola (Hebreos 10:10, TA; lea también Hechos 26:18).
Confíe en el Señor Jesucristo quien puede quitar sus pecados, y usted también llegará a ser uno de los santos.